Las dos familias del nacionalismo vasco han coincidido, un año más, en sus críticas al tradicional mensaje del Rey en Nochebuena. El PNV reclama a don Felipe que se «adapte a los nuevos tiempos» e impulse una reforma de la Monarquía en la que ... se incluya, entre otros aspectos, la eliminación de la inviolabilidad que contempla la Constitución. Por su parte, EH Bildu se centra en destacar las cuestiones de las que no habló en el mensaje navideño. Sin referencias explícitas a la crisis entre poderes y a la situación de su padre, don Juan Carlos, la coalición soberanista se pregunta «para qué sirve un rey».
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El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, considera que el Rey debe «aplicarse el cuento» de la ejemplaridad que él mismo pidió a los representantes institucionales en un momento de enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Si quisiera frenar la «erosión institucional», ha dicho, debería impulsar una reforma constitucional. En torno al bloqueo judicial, el dirigente jeltzale cree que el monarca se dedicó a «repartir culpas de una manera generalizada sin apuntar a nadie, y tampoco se sabe a qué deterioro se refiere exactamente, si a los últimos acontecimientos del Tribunal Constitucional o del Consejo General del Poder Judicial».
En esa «adaptación» a los nuevos tiempos, Sabin Etxea también pone deberes al jefe del Estado en torno a la cuestión territorial, una demanda persistente que la formación de Andoni Ortuzar asume que ya no se tocará en lo que resta de legislatura. Esteban recomienda al Rey que no vuelva a pronunciar discursos como el que dio tras el referéndum ilegal del 1-O en Cataluña y que acepte «la realidad de las naciones». Un paso que implicaría una reforma constitucional como la que el PNV ha propuesto esta semana en sus enmiendas para una modificación que a priori sólo prevé eliminar de la Carta Magna la palabra «disminuido».
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Para EH Bildu, que minutos antes de la emisión del discurso publicó en sus redes una imagen de don Felipe dada la vuelta junto al mensaje «Guk Euskal Errepublika!» -'nosotros, con la república vasca'-, el mensaje fue directamente un «tostón». Según el diputado Jon Inarritu, encargado de exponer la visión de la formación abertzale, el Rey debería haber abordado otras cuestiones. «No se pronunció directamente sobre la mayor crisis institucional tras el golpe del Tribunal Constitucional. El 3-O le faltó tiempo para dar su discurso ultra. Y no ha explicado por qué Juan Carlos I no ha sido despojado del título de rey y expulsado de Casa Real», critica.
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Podemos Euskadi también ha puesto el énfasis en lo que no dijo el jefe del Estado, aunque de otra manera. «No ha dicho que hemos cerrado el año político con una gran cohesión en el Gobierno de coalición y en el bloque de investidura. Tampoco ha dicho que en este momento tenemos una situación económica y un escudo social que nos está permitiendo recuperar derechos», ha apuntado el diputado Roberto Uriarte. Sobre la «erosión institucional» a la que aludió el Rey y sus apelaciones a la «unidad», ha criticado que se refiriera a ella casi como «un fenómeno meteorológico» y no como «una estrategia» por parte de la derecha.
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