Dimite una dirigente de Podemos Euskadi entre duras críticas a la cúpula

Merinero, que a partir de ahora será «una militante más», lleva ligada a Podemos desde sus orígenes. Historiadora de profesión, fue la cabeza de lista en las elecciones forales de 2015 en Bizkaia –no se eligió en sí a un candidato a diputado general, pero ella ejercía como tal– y se mantuvo como juntera hasta 2019 en una legislatura en la que acabó denunciando a sus propios compañeros de grupo por «acoso y hostigamiento». En su día ella misma lo adujo a su proximidad a Roberto Uriarte, quien fuera el primer secretario general del partido morado en Euskadi entre 2015 y 2016.

Desde 2020, cuando Garrido asumió el liderazgo de la organización vasca con el plácet de Pablo Iglesias, Merinero venía desempeñando su tarea al frente de la Secretaria de Formación. Como tal era miembro del Consejo Ciudadano Autonómico, una ejecutiva que, según denuncia, se ha convertido en un «órgano florero» que «ha vivido al margen de la toma de decisiones políticas y organizativas». Apunta que los órdenes del día de las reuniones estaban «vacíos de contenido» y que sus propuestas eran relegadas al turno de ruegos y preguntas junto a temas que, además, se debían «aportar con antelación». Un sistema, se lamenta, «que traiciona principios democráticos».

Además de sus «discrepancias» con el papel de este órgano, la ya exdirigente –el partido no ha informado públicamente de su dimisión y mantiene su perfil en la página web– también expresa su desacuerdo con el modelo interno de trabajo, que genera «un ambiente impropio en una organización de izquierdas», con «relaciones tóxicas basadas en el ejercicio del poder de forma arbitraria». En este aspecto, denuncia un «déficit severo de comunicación interna», un sistema que «premia la lealtad no al proyecto sino a determinadas personas» e incluso irregularidades en contrataciones y en el uso de los fondos públicos.

«Se construye organización, pero sobre pilares de barro», continúa Merinero, quien cree que «hay personas en la dirección convencidas de que el proyecto puede salir adelante sólo con 'cuadros', sin necesidad de la militancia». En este pensamiento encuadra la marcha del núcleo de los afiliados del círculo de Getxo entre denuncias por supuestas irregularidades de la dirección en los procesos de elección interna. «Una injerencia en las primarias que no me parece casual, y mucho menos legal, que casualmente beneficia a un candidato (el juntero Xabier Benito) que no ha pisado el círculo en años», remacha.