![«Es difícil de entender que Urkullu apueste por la moderación y el PNV haga una cosa distinta»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201805/13/media/cortadas/extra-pastor-kx4D-U501903858205pCI-624x385@El%20Correo.jpg)
![«Es difícil de entender que Urkullu apueste por la moderación y el PNV haga una cosa distinta»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201805/13/media/cortadas/extra-pastor-kx4D-U501903858205pCI-624x385@El%20Correo.jpg)
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Koldo Domínguez
Lunes, 14 de mayo 2018, 00:40
La ponencia de Autogobierno ha tomado esta semana la actualidad política vasca. Los partidos han comenzado a poner negro sobre blanco sus primeras propuestas para un nuevo Estatuto y ha quedado claro que las posturas están muy distantes. Sobre todo entre PNV y ... PSE, socios de gobierno y claves para lograr un acuerdo. El portavoz socialista en el Parlamento, José Antonio Pastor (Ortuella, 58 años) se muestra crítico con los nacionalistas pero ve «margen» para lograr un pacto. Eso sí, siempre que los jeltzales cambien su actual postura y «todo lo que propongan esté dentro de la ley».
-¿Está la ponencia de Autogobierno bloqueada?
-Está en un camino que a nosotros no nos gusta. Desde la legislatura pasada hemos dicho que tenemos una oportunidad magnífica, y la seguimos teniendo, para mejorar nuestro marco de convivencia y autogobierno, pero hay que se inteligentes y útiles.
-¿En qué sentido?
-Si hablamos sobre cuestiones sociales es mucho más fácil ponerse de acuerdo que si lo hacemos sobre asuntos de carácter identitario. Por desgracia, en estos primeros compases hay quien está más decidido a hablar de los segundos. Los ciudadanos quieren que acerquemos posturas en aquello que mejore su vida, garantice la convivencia y aporte seguridad y estabilidad. Y para eso sólo hay una fórmula: hacerlo con respeto a la legalidad. Y si no, el camino ya sabemos cuál es.
-Su descripción coincide con la de un bloqueo.
-Veremos. En el Estatuto del 36 y en el del 79 partimos también de posiciones muy distintas y fuimos capaces de confluir en un texto que, dentro de la legalidad, marcaba lo que debía ser nuestro futuro autogobierno. ¿Por qué ahora no puede ser posible?
-Porque llevan seis años con este tema y siguen igual.
-Es lógico que, en los primeros compases, cada uno quiera marcar sus posiciones y perfiles de salida, sobre todo cuando hay que ponerlos negro sobre blanco. Eso es natural. Pero todos tienen que tener claro, y ya veremos si lo tienen, que al final debemos hacer algo que realmente sirva. Si no, llegaremos otra vez a empantanar la situación y a un camino sin recorrido alguno que sólo generará frustración.
-El planteamiento inicial del PSE ha sido de mínimos. Destacar los puntos en los que creen que todos los partidos coinciden.
-Hemos remarcado las coincidencias que pueden servir de base para cuajar un acuerdo. De momento no estamos obteniendo la receptividad que esperábamos, es verdad. Pero no perdemos la esperanza.
-Es que parece que son más las diferencias que las coincidencias.
-Las diferencias radican en que cada partido quiere poner el foco en un aspecto o en otro. Bildu, por ejemplo, en la autodeterminación. Y ya sabíamos que el PNV también quería ir en parte por ahí. Y por eso hemos dicho que la propuesta nos recuerda mucho al 'plan Ibarretxe'. Se empeñan en llevar a un texto legal las esencias y la ideología propia de un partido.
-¿Y entonces qué?
-Yo, como socialista, no voy a dar por perdida la batalla de recuperar un espacio de convivencia. Si otros están dispuestos a llevar hasta el final un planteamiento imposible que no sirva para nada, será su responsabilidad.
-El PNV habla de «nación vasca» y apela a los derechos históricos para justificar un modelo federal de relación con España.
-No puede ser que digamos a castellanos, andaluces y catalanes que pasan a ser confederales porque lo dice el Estatuto vasco. Usan de percha los derechos históricos. Vale, pero saben que no pueden utilizarlos para cambiar la Constitución ni alterar el ordenamiento jurídico español. Íntimamente lo saben. Otra cosa es que quieran aparentar que tienen un enganche de legalidad.
-¿Hay alguna opción de que el PSE acepte ese planteamiento?
-No. Ninguna. Nuestro límite es la viabilidad jurídica y el respeto a la legalidad. Y ahí caben muchas cosas pero no todas las que pretenden meter los nacionalistas.
-¿Ve opciones de que el PNV recule?
-Pregúntele usted al PNV lo que en realidad quiere hacer. Pregúntele por qué Ortuzar dijo en el Aberri Eguna que, ante lo que está ocurriendo en Cataluña, es mejor quedarnos como estamos y no ir más allá. Y por qué después ha cambiado de criterio y plantea un texto que recupera viejas esencias de su partido. En algunos momentos de la historia de este país el PNV ha sido capaz de relativizar sus aspiraciones, los demás las nuestras y llegar a un punto de encuentro. Y esa oportunidad sigue estando sobre la mesa, pero la responsabilidad es suya.
Estrategia del PNV
-¿Es optimista entonces?
-No creo que el PNV esté dispuesto a hacer una propuesta estatutaria que sea claramente sólo de una parte de la sociedad vasca. Ya sabemos lo que eso da de sí. Lo de Cataluña ha servido al nacionalismo de escarmiento. En todo esto que plantea ahora el PNV hay mucho de convicción pero también de escenificación.
-¿Así que lo de ahora es un mero brindis al sol?
-Si son inteligentes y realmente quieren defender a la ciudadanía vasca, creo que tendrán que moderar sus posiciones. Ya veremos si mantienen o no sus actuales propuestas. Quiero ver yo al PNV con ese texto en la víspera de las elecciones municipales y forales. A ver si mantiene esa pancarta.
-Así que saben que ese camino no tiene salida.
-Quiero pensar que tontos no son y tienen que saber que eso no les lleva a ninguna parte. Salvo que lo que estén buscando es que el nuevo Estatuto acabe en el Constitucional, como el de Ibarretxe.
-Idoia Mendia observa un 'plan Ibarretxe 2'. ¿Ve a Urkullu actuando como a Ibarretxe?
-No. Por eso es bastante difícil de entender que el lehendakari haga una apuesta por la moderación, el diálogo y el entendimiento entre distintos y el partido al que pertenece haga una cosa distinta. De ahí que piense que puede haber margen para un acuerdo razonable.
-¿Ve ahí problemas internos?
-Cómo gestiona el PNV sus diferencias internas es cuestión suya. Lo que yo no quiero es que esos conflictos acaben siendo un problema de la sociedad vasca.
- ¿Está en peligro la estabilidad actual? Romper el acuerdo de gobierno y acabar con la legislatura
- Ahora no. No lo está.
Futuro
-¿Y se ven nubarrones?
-En política siempre hay nubarrones, pero que provoquen catástrofes no. La discusión de la ponencia es paralela al Gobierno y no está dentro de su gestión. ¿En algún momento esta situación de estabilidad puede llegar a arruinarse? Puede ser, pero puede que no. Dependerá.
-¿Vería bien el PSE un acuerdo sólo con PNV y Podemos?
-Podría ser. Si el texto es bueno y respetuoso con la legalidad... El PNV tiene que decidir si quiere jugársela sólo con EH Bildu o si apuesta por una opción más integradora, en la que incluso podría entrar el PP.
-¿Qué habrá pasado dentro de dos años?
-Hay tres escenarios. Que pacten entre nacionalistas con algún acólito de tonto útil y saquen adelante un Estatuto sin recorrido legal. Que nos pongamos de acuerdo dentro de la legalidad, o que lleguen a la conclusión de que no hay mimbres políticos para aprobar lo que ellos plantean y lo vuelvan a meter en el congelador una temporada. Y nos quedaríamos con el Estatuto actual.
- Visto lo visto, ¿hizo bien el PSE en no ir a Cambo?
- Sí. ETA quiso escenificar hasta el último minuto su final, que en realidad llegó en octubre de 2011. Como dijo un amigo mío: 'Ellos no vinieron nunca a nuestros funerales, yo no tengo por qué ir al suyo'.
- ¿Usted necesita que alguien le pida perdón?
- Más que perdón, me daría por satisfecho con que tanto ETA como la izquierda abertzale hagan un reconocimiento de que todo fue injusto.
- ¿Y ahora quién pide perdón a las víctimas?
- La izquierda abertzale, que es quien siempre le ha dado a ETA respaldo político, ha justificado sus acciones y le ha aplaudido. Y EH Bildu es la heredera y le queda camino por recorrer. Está bien que nos acompañen el día del homenaje a Fernando Buesa y le den el pésame a la familia. Pero eso no hubiera hecho falta si no hubierais provocado que pasase.
- ¿Se imaginaba así el final de ETA?
- Yo comencé a sentirme libre en octubre de 2011, cuando pude llevar a mi hija al colegio sin escolta. Lo de ahora ha sido un intento por parte de ETA y Bildu de generar un discurso épico que nadie les ha comprado.
-¿Cree que el Gobierno central va a cambiar a corto plazo la política de dispersión?
-Lo podía haber hecho antes. Patxi López, siendo lehendakari, ya planteó cambios. Y ahí está la 'vía Nanclares', impulsada por Rubalcaba. Lo que no puede ser es que se intente vender que cualquier cambio en política penitenciaria se hace como un premio a la desaparición de ETA. Los presos siempre han tenido la posibilidad de acogerse a los beneficios, siempre y cuando cumplieran con unos requisitos.
-¿Pero habrá cambios?
-Inicialmente no. El Gobierno ha dicho demasiadas cosas como para que cambie de la noche a la mañana. El problema del PP es que durante muchos años ha usado a las víctimas como un ariete contra los gobiernos socialistas. Y claro, reciclar eso cuesta mucho. No me olvido de aquello de 'usted ha traicionado a los muertos y tiene las manos manchadas de sangre'. Usaron el dolor de las víctimas de forma innoble. Y espero que ahora, que estamos en otro escenario, hagan las cosas con inteligencia.
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