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Los Presupuestos Generales del Estado de 2021 han superado con éxito su trámite en el Congreso al ser aprobadas las Cuentas de todas sus secciones ministeriales, pues no hay votación conjunta. Con la aprobación en el Senado podremos decir que, por fin, se corrige la ... anomalía que representaba el hecho de que los Presupuestos vigentes fueran los prorrogados de 2018. Esta provisionalidad en las Cuentas generales ha limitado la capacidad de intervención del Estado en cuestiones de enorme calado. Solamente por eso, por poner fin a la anomalía, habría que saludar el disponer de unas Cuentas actualizadas, pensadas, con aciertos y con errores, para responder a las enormes y graves necesidades que tienen nuestras sociedades a causa de las consecuencias de la pandemia.
Desde un punto de vista político es obvio que el Gobierno Sánchez se ha apuntado un gran tanto, pues ha conseguido a través del diálogo y la negociación el apoyo de fuerzas dispares, hasta lograr 188 respaldos. La novedad de los apoyos no ha estado en el PNV, pues se maneja bastante bien en ese terreno con resultados razonables, pero también porque la disposición a negociar con quien esté en el Gobierno de España es una práctica coherente con su estrategia basada en 'dialogar, negociar, acordar y mojarse'.
La novedad ha estado en Bildu, mucho más que en ERC, pues los republicanos ya se 'mojaron' en la negociación en la época de Zapatero. Es la izquierda abertzale la que está imprimiendo un giro radical a la línea política a desarrollar respecto al Estado español. Hemos sido testigos durante mucho tiempo de una estrategia de no implicarse en la política española, pues en «Madrid nada se nos había perdido a los vascos».
A la luz de la explosión del independentismo catalán, se impuso en la IA, casi como obligado mimetismo, adornado de solidaridad, a modo de tesis política doctrinal, que la estrategia del diálogo con Madrid resulta estéril y, además, desmoviliza. Por lo tanto, lo correcto era activar la estrategia de la unilateralidad. Esto era escasamente hace dos años, cuando Otegi afirmaba que el Estado español es irreformable en términos democráticos.
Ahora en cambio, esa naturaleza irreformable del Estado parece que no es un hecho consustancial a su propio ser, sino que, al parecer, puede transformarse gracias a la ventana de oportunidad que representa el Gobierno de coalición. Considero positiva esta nueva orientación política de Bildu, mucho más acertada y coherente con la actividad política democrática consistente en luchar, dialogar, negociar y mojarse. Y si se logran acuerdos defenderlos con todas sus consecuencias, como la de tener que apoyar todos los Presupuestos de todas las secciones ministeriales, pero sin pasarse. No creo que para votar sí haya que convencer a la gente diciendo, como se ha dicho, que «el camino a la república vasca pasa por aprobar los PGE». Por favor. La razón, sin exageraciones, comprende mejor las cosas.
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