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La mayor fosa común de la Guerra Civil en Euskadi está en el cementerio de Begoña, en pleno centro de Bilbao. Se trata de un ... enterramiento de 46 personas de las que no existía ninguna referencia y junto a ellos han aparecido medallas, balas, cucharas, escudos de los cinturones, placas de identificación y zapatos de la época. «Son milicianos y gudaris que participaron en la defensa de Bilbao», han explicado los responsables del hallazgo, arqueólogos de la sociedad Aranzadi. «42 de ellos eran desaparecidos hasta la fecha, no había datos de ellos, no estaban registrados», destacó la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal.
La inmensa mayoría son soldados del Ejérito de la República, bien de batallones de milicianos o de gudaris. Hay rastros del batallón San Andrés -conformado por ELA bajo el nombre de su época, Solidaridad de Trabajadores Vascos- y otro compuesto por trabajadores afines a UGT, que solían identificarse con un número. La mayor parte tomó parte en la dura batalla de Artxanda y fueron enterrados por los suyos «ante la inmimencia de la caída de Bilbao». También han aparecido «tres personas que murieron víctimas de un obús de la guerra». En esta nueva fosa hay unos diez civiles, en total. Los soldados con placa podrán ser identificados si es legible y el resto se rastretará con las pruebas de ADN de familiares que hay en Gogora.
Hay que tener en cuenta que, cuando se inició la primera excavación arqueológica en diciembre en el cementerio de Begoña, se sabía el nombre y la ubicación exacta de cada uno de los restos de milicianos y civiles a los que se buscaba, ya que aparecían en los registros del propio cementerio o había referencias directas. Se hablaba entonces de 60 personas. Estaban en diferentes puntos del camposanto. La sorpresa saltó cuando, donde debía haber cuatro cadáveres, aparecieron los 46.
Este descubrimiento se suma también a los restos localizados en febrero, que estaban en un estrato inferior y provienen de las guerras carlistas. En total, incluidos los contemporáneos, se han exhumado más de 2.000 restos en el cementerio de Begoña, cerrado desde 2003 y que se convertirá en un parque.
«Una guerra cruel e injusta»
El alcalde, Juan Mari Aburto, celebró la recuperación de «la dignidad de 46 personas, 46 familias en su mayoría soldados republicanos, en la mayor fosa común exhumada hasta la fecha en Euskadi. Personas que sufrieron las consecuencias de una guerra cruel e injusta, asesinadas en bombardeos, ejecutadas a sangre fría pero cuya memoria nunca va a caer en el olvido porque podremos reparar su nombre y devolver sus restos».
Por su parte, Artolazabal destacó que «es una noticia muy relevante para la memoria histórica, con restos de 76 personas de la guerra civil». Ese es el total que se han exhumado hasta ahora y faltaría por retirar una decena. «Todavía no hemos encontrado a Fernando Lahera», lamentó, en relación al padre de una octogenaria que acudió el primer día a la excavación en busca del rastro de su padre. Artolazabal pidió a las familias que «crean que sus familiares murieron en la caída de Bilbao que contacten con Gogora».
Juantxo Agirre, secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ha sido el responsable de una excavación arqueológica que no ha dejado de deparar sorpresas. «Está claro que es la mayor fosa de la guerra civil en Euskadi y en Euskal Herria. Ha sido un rerto muy importante para Aranzadi». Agirre destacó que han participado en la investigación «la universidad de Lugo, de Santiago, la UPV, la Complutense y la de Granada» y han pasado por la excavación «más de 100 alumnos».
Muchas sorpresas
Fue el 5 de diciembre pasado, bajo un intenso aguacero, cuando se dio el pistoletazo de salida a la exhumación de restos, apadrinada por Gogora y ejecutada por Aranzadi. Con algunos familiares presentes, se iniciaba la búsqueda de 60 milicianos y civiles muertos en los bombardeos cercanos durante la contienda. Se conocían sus identidades y las ubicaciones donde debían aparecer.
A mediados de febrero, los arqueólogos dieron cuenta de que habían localizado, en un estrato inferior, restos de mayor antigüedad. Una fosa común con cadáveres de las Guerras Carlistas. Apareció incluso una inscripción, 'Chinchilla', la corona y la flor de lis. En las últimas semanas ha llegado un nuevo hallazgo, la mayor fosa de la guerra en Euskadi.
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