«Debemos utilizar el Concierto Económico con más ambición»

- Tiene un instrumento diferencial que es el Concierto Económico. ¿Euskadi no está sabiendo exprimir todo su potencial?

- Debemos tener un poquito más de ambición en el uso del Concierto Económico. Un buen ejemplo es la iniciativa que han tomado las diputaciones con la industria del cine. Hay que hacer lo propio en otras materias porque el Concierto tiene versatilidad para ello. Obviamente desde el rigor, obviamente desde la legalidad y el respeto a las reglas de la UE, pero con esa ambición de darle otra marcha más al Concierto.

- No ha ahorrado en elogios hacia la figura del empresario. ¿Cree que hasta ahora no han tenido el apoyo que merecían?

- Siempre les he escuchado destacar el cariño y el apoyo que han sentido del Gobierno vasco. Un discurso que no se ha escuchado en otras partes del Estado. Los empresarios y los emprendedores me van a tener siempre cerca.

- En su discurso de investidura no mencionó dos de los mayores problemas que sufre la economía vasca: la conflictividad y el absentismo. ¿Por qué?

- Efectivamente, tenemos un nivel de conflictividad, especialmente en el ámbito público y parapúblico, que es muy llamativo. Y no puede ser. Nos lo tenemos que mirar un poco. Siendo apenas el 5% de la población en el Estado, no podemos tener en algún momento el 50% de todas las huelgas.

- ¿Y cómo se soluciona?

- Voy a mantener una reunión con cada uno de los sindicatos de este país, también con ELA. Debemos hacer una reflexión de país, porque la conflictividad nos resta competitividad. Antes de llegar a una huelga tenemos que utilizar el diálogo y la negociación hasta el amanecer si es necesario porque el botón rojo de la huelga tiene que ser un recurso extraordinario.

- ¿Realmente cree que puede convencer a ELA, que ha hecho de la huelga su mejor arma? Con Urkullu la guerra era total...

- Les voy a invitar y si no quieren venir, que lo expliquen. Creo que van a venir porque hay un nuevo lehendakari, un nuevo Gobierno, un nuevo tiempo. El sindicato mayoritario de este país debe participar del diagnóstico y de la reflexión. Si tenemos un problema lo voy a afrontar, no puedo hacer como si no existiese.

- Desde la pandemia, el empleo público ha crecido un 15% y el del sector privado, ni un 2%. ¿Euskadi se está convirtiendo en un país de funcionarios?

- No. Tenemos un millón de cotizantes y en torno a 150.000 personas trabajando en el ámbito público. Seguimos siendo una de las comunidades autónomas con menos porcentaje, pero también es cierto que el sector público ha generado mucho empleo derivado del 'shock' pandémico.

- ¿Falta ambición emprendedora?

- Ocurre en todas las sociedades. No voy a recordar aquello de la sociedad de la opulencia y sus males. Cuando tienes mucho Estado de bienestar, tienes poca hambre. Es un tema que debemos trabajar culturalmente desde niños, enseñar las oportunidades que para tu vida tiene el arriesgar, el emprender, el hacer cosas por ti mismo.

- Hablan de retener talento, pero también de atraerlo. Imaginemos a una joven pareja de médicos o de ingenieros de Burgos, que tienen hijos y que estarían dispuestos a trabajar en otra ciudad. ¿Cómo les convence para que vengan a vivir a Euskadi?

- Creo que el primer elemento de atracción es un buen empleo y un buen proyecto vital. A partir de ahí van a tener muchísimas oportunidades porque van a encontrarse con una Euskadi dinámica, que tiene una riqueza cultural urbana muy apetecible, que van a tener acceso a servicios públicos de alto nivel, que van a tener la capacidad también de formar y educar a sus hijos...

- ¿El euskera es una barrera?

- Hay muchos chavales y chavalas que siendo de fuera de Euskadi, y también extranjeros, van aprendiendo euskera como una lengua más. Esto se ha ido dando con normalidad.

- ¿Las empresas deberían pagar sueldos más altos a los jóvenes para retener talento?

- Tenemos que hacer un llamamiento para que los empresarios paguen más y mejor a los jóvenes. Deben cuidar la cantera vasca. Es una cuestión de salarios, pero también de desarrollo profesional, de atractivo empresarial, de flexibilidad, de conciliación... Lo que exigen los jóvenes ahora no tiene nada que ver con lo que sucedía hace veinte años.

- ¿Cómo se compite con Madrid?

- Competir con una gran ciudad es complicadísimo. Tú eres David contra Goliat, pero tienes que jugar tus bazas y Euskadi tienen muchos atractivos para competir.

- Bildu les acusa de diseñar una política industrial y energética al dictado de Josu Jon Imaz y de Petronor. Usted dirá...

- (Sonríe). Necesitamos un gran pacto industrial. O Europa recupera fortaleza industrial o se queda fuera del mapa. La transición energética tiene dos palabras: transición y energética, y a veces nos olvidamos de la palabra transición. Hay que abordar la descarbonización de la economía sin destruir tejido industrial.

- Quiere impulsar un fondo soberano vasco para favorecer el arraigo empresarial. ¿De cuánto dinero estamos hablando?

- Debemos alinear diferentes instrumentos públicos y privados, como el Instituto Vasco de Finanzas. Debemos tener ambición desde lo público. Hay además una palanca que hasta la fecha no hemos activado como son las EPSV. Son más de 28.000 millones de ahorro vasco. Quiero abordar una modificación normativa que permita orientar parte de esos recursos sin poner en riesgo al ahorrador.

- Pero estamos hablando de entrar en el accionariado de las empresas, de atraer nuevos proyectos empresariales...

- Hay que ver qué necesidades tiene el país. Si hay que tener presencia en el capital, acompañar el crecimiento o acompañar la compra de empresas en otros lugares para reforzar el tejido económico del país. Tenemos también las fundaciones bancarias, que tienen fondos que deberían alinearse en estos objetivos. Tenemos agentes privados como las 'family office', iniciativas tipo Artizarra e instrumentos como Elkargi. Debemos ser capaces de activar 3.000 millones a lo largo de los próximos años.