El debate sobre el autogobierno eleva la tensión entre PNV y PSE al nivel más alto de la legislatura

El origen del «choque» -término utilizado por el lehendakari- entre los jeltzales y los socialistas tiene que ver con el discurso soberanista utilizado por Iñigo Urkullu durante su viaje a Córcega. El jefe del Ejecutivo autónomo ha abogado estos días por impulsar un Estado plurinacional para dar una «salida política» a Euskadi y Cataluña, ha emplazado a Sánchez a reconocer las «realidades nacionales» vasca y catalana también en lo «jurídico y político» y ha pedido una «redistribución de la soberanía».

El mensaje no gustó demasiado al PSE, al considerar que no es el momento de reabrir un debate que permanece en 'stand by' desde hace meses. Aun así, Eneko Andueza rebajó la importancia de las palabras del lehendakari y las situó en el ámbito «personal». Pero eso, al final, ha terminado siendo la chispa que ha generado el mayor incendio desde que ambos partidos comparten gobierno.

A la primera reacción de Bingen Zupiria -afirmando que Urkullu siempre habla en «calidad de lehendakari» y recordando que ningún consejero socialista puso pegas durante la reunión del Consejo de Gobierno- le siguió el propio jefe del Ejecutivo, quien lanzó varios 'recados' a Andueza. Urkullu le recordó el pacto de gobierno que firmaron ambos partidos y aseguró que «sería bueno» que el líder del PSE incidiera en lograr «más y mejor autogobierno» para Euskadi.

El lehendakari envió su andanada la tarde del martes, aunque para entonces también había intervenido Andoni Ortuzar. Pero la ofensiva del PNV no cesó ahí y ayer subió otro escalón. A primera hora, Itxaso Atutxa afirmaba en Euskadi Irratia que «cuando cada semana» los socialistas «necesitan un foco, oímos declaraciones de ese tipo». La presidenta del Bizkai buru batzar no se quedaba ahí. Instaba a Andueza a dirigirse a «su jefe, Pedro Sánchez, porque fue quien firmó con nosotros un impulso al reconocimiento de las identidades. No sé dónde se ha perdido el señor Andueza en este camino».

Atutxa aludía al acuerdo de investidura firmado entre el PSOE y el PNV a finales de 2019, un texto de doce puntos rubricado por el propio Sánchez y Andoni Ortuzar y que garantizaba el respaldo nacionalista al actual Ejecutivo. Por si había alguna duda, Sabin Etxea recuperaba el punto cuatro de ese documento y lo publicaba a través de las redes sociales. Según los socialistas, todo ello con un objetivo claro: tratar de desgastar a Andueza con el argumento de que es el PNV quien negocia directamente con Moncloa.

El malestar del PSE fue en aumento. Y a primera hora de la tarde respondía a los jeltzales, también a través de las redes sociales. Lo hacía recogiendo el mismo punto cuatro del acuerdo de 2019 que horas antes había publicado el PNV y subrayando que «negociación y acuerdo del nuevo Estatuto» no significa «ni nuevo Estatus, ni redistribuir la soberanía, ni retornar a la soberanía anterior a 1839 ni nación foral». Sin mencionarlo de forma explícita, se trataba de un ataque directo del PSE al lehendakari porque son todos los conceptos que Iñigo Urkullu ha venido acuñando durante los últimos años. Por contra, el PSE aludía al acuerdo de gobierno firmado en 2020 en el que se aboga por «un nuevo pacto estatutario para una nueva generación».

Hasta dónde llegarán las hostilidades está por ver. El malestar en ambas partes es evidente y la celebración de las elecciones el año que viene no ayuda a calmar los ánimos. Nadie cuestiona los acuerdos, pero hay localidades donde el PNV y el PSE compiten por el liderazgo. Y no se trata de una batalla menor.