Los Presupuestos forales del Gobierno de María Chivite se aprueban hoy en un clima enrarecido por el inédito pacto del PSN con Navarra Suma (Na+) en Pamplona, para sacar adelante a su vez las Cuentas del equipo del regionalista Enrique Maya, en coalición con PP ... y Cs. El Ejecutivo municipal logró ayer, pese a su situación de minoría, aprobar el Presupuesto para la ciudad gracias a su acuerdo con el grupo socialista, del que aceptaron todas las enmiendas, unos 8 millones sobre un Presupuesto total de 238,8.
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Pero, más allá de las cifras, el acuerdo ha provocado una tormenta política en la comunidad foral, al chocar frontalmente con la mayoría de izquierdas que sostiene al tripartito de Chivite, gracias a la cual el Ejecutivo -PSN, Geroa Bai y Podemos, con el apoyo externo de Ezkerra y EH Bildu- verá hoy aprobados sus propios Presupuestos.
En plena pandemia y con la peor crisis económica de los últimos años acechando, la decisión de los socialistas en Pamplona, comandados por su portavoz, Maite Esporrrín, de facilitar a Maya sus primeras Cuentas en dos ejercicios no ha puesto en peligro la Ley foral de Presupuestos. Pero sí ha alterado el tablero navarro, en el que hasta ahora el bloque de izquierdas y el de derechas operaban en compartimentos estancos. Y lo ha hecho en un momento no precisamente dulce para el Ejecutivo foral, que mantiene en su puesto al consejero de Desarrollo Económico, el peneuvista Manu Ayerdi, pese a que el Tribunal Supremo ha abierto contra él una causa penal por prevaricación y malversación y la oposición exige su cese. A esas críticas se suma ahora el malestar del socio presupuestario (EH Bildu) y del de coalición (Geroa Bai) con Chivite por el acuerdo en Pamplona.
El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, justificó ayer el acuerdo en la capital por la necesidad de «apoyar a los gobiernos en estos momentos» de emergencia sanitaria. «Así lo hemos hecho y estaremos allí donde la ciudadanía nos necesite», argumentó. No obstante, la 'estopa' a los socialistas navarros llegó por todas partes. El portavoz de EH Bildu, el exalcalde Joseba Asirón, consideró que «es un día triste para la Pamplona progresista, su diversidad y los sectores más vulnerables» porque «por primera vez» desde que la regionalista Yolanda Barcina era alcaldesa «no habrá unos Presupuestos sociales». También Geroa Bai los tachó de «continuistas», mientras que el presidente de UPN, Javier Esparza, constató que el pacto en Pamplona deja en evidencia que Chivite pudo haber elegido también las políticas «moderadas» de su partido pero prefirió las «radicales» de la izquierda abertzale.
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