ander carazo
Martes, 10 de enero 2023, 11:51
La palabra Kataia no tiene su origen en el latín o el griego, como bien podría parecer, sino en una amistad que aguanta pese a la tempestad de los nueve últimos años. Ese es el nombre elegido por Koldo Ochandiano, Aitor Tellería y Alfredo de ... Miguel -a quien todos conocen como 'Txitxo'- para constituir una empresa juntando sus iniciales con las de sus respectivas esposas. Los seis, junto a otras veinte personas, se sentaron en enero de 2018 en el banquillo de los acusados de haber constituido esa sociedad para cobrar comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones 'a dedo'.
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Los tres llegaron por separado al Palacio de Justicia para evitar una foto conjunta, pero en los pasillos -a donde las cámaras no podían acceder- se mantenían la unidad en sus estrategias de defensa, que trataron de cargar en contra de la actuación de la Ertzaintza durante los registros del 10 de marzo de 2010.
Para 'Txitxo', su arresto supuso el punto final a sus aspiraciones políticas dentro del PNV. Era el diputado foral de Administración Local -encargado de 'mimar' a los pueblos del territorio, principal caladero de votos jeltzale- pero apuntaba mucho más alto. Las quinielas le situaban en la presidencia del Araba buru batzar (ABB), como representante del sector más soberanista de la formación que sigue liderando Joseba Egibar. Con la imputación, todo se desmoronó. El entonces diputado general de Álava, Xabier Agirre, le obligó a dimitir y cambió el Palacio foral en Vitoria por Derio (Bizkaia), como empleado técnico de la Fundación Hazi, dependiente del Ejecutivo vasco.
El currículum de Tellería y Ochandiano estaba salpicado de cargos dentro de las administración vasca, foral y local. El primero, tras ser concejal de Vitoria y director foral de Medio Ambiente, era encargado del semillero de empresas del centro tecnológico de Miñano cuando la Ertzaintza le detuvo. El segundo había sido director del Instituto Foral de Bienestar Social de Álava y en 2010 era contable del mismo parque de empresas.
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Los abogados de los tres mantuvieron inicialmente una estrategia coral negando las acusaciones del juez instructor, Roberto Ramos, y el fiscal jefe, Josu Izaguirre. Cuando terminó la fase de testifical en la Audiencia Provincial de Álava trataron de negociar la absolución de sus mujeres a cambio de reconocer los delitos que se les imputaba. Las conversaciones no fructificaron y los nervios se desataron al constatarse que el empresario Josu Arruti seguía dispuesto a confesar que había reclamado comisiones a un grupo de empresarios catalanes. En los pasillos intentaron convencerle de que se replanteara esa posición, pero no hubo suerte.
Quienes les conocen personalmente aseguran que, si bien el 'caso De Miguel' frenó sus aspiraciones políticas y profesionales, 'Txitxo' y Tellería siguen teniendo «el mismo carácter de siempre». El primero, de hecho, mantiene los contactos políticos de antaño y su última imagen pública tuvo lugar en el velatorio de Xabier Arzalluz, histórico líder del PNV. Ochandiano, sin embargo, se ha convertido en un «auténtico saco de nervios» que ha puesto distancia con sus viejos amigos.
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