El espionaje con el 'software' israelí Pegasus a más de sesenta líderes independentistas catalanes y vascos y a varios miembros del Gobierno como el propio presidente, Pedro Sánchez, o la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha sacudido la legislatura y amenaza con hacerla estallar por ... el delicado equilibro de apoyos parlamentarios que maneja la coalición PSOE-Unidas Podemos. El cese de la directora del CNI, Paz Esteban, este martes ha sido el último capítulo de una batalla política con implicaciones que pueden llegar a ser internacionales.
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Un artículo en el semanario estadounidense 'The New Yorker' en base a un estudio del centro de investigación canadiense Citizen Lab destapa una trama de espionaje a más de 60 políticos, abogados y empresarios catalanes y vascos relacionados con el 'procés'.
Las reacciones de los afectados no se hacen esperar y el Gobierno niega estar detrás de los casos. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, defiende que Moncloa defendido que el Gobierno «no tiene nada que ocultar» sobre el caso de espionaje y garantiza que el Ejecutivo colaborará en todo lo que requiera la justicia. La ministra de Defensa, Margarita Robles, solicita comparecer en el Congreso para dar explicaciones. El Govern catalán congela su relación con el Ejecutivo central.
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, viaja de urgencia el domingo 26 de abril para reunirse con su homóloga en la Generalitat, la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà. La delegación catalana se muestra fría en el encuentro y pide que todos los móviles se dejen fuera de la sala. La explicaciones de Bolaños, que desvinvula a Moncloa una vez más del espionaje, resultan insuficientes para el Govern.
Lejos de aplacar la ira de sus aliados ERC y EH Bildu, la ministra de Defensa, Margarita Robles, justifica espiar a rivales políticos si peligra la unidad del país. Lo hace en una sesión de control al Gobierno de alto voltaje y en respuesta a una pregunta de la diputada de la CUP Mireia Vehí. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, fuerza un cambio en la comisión de secretos oficiales al rebajar el listón de los votos parlamentarios necesarios para participar, esto facilitará la entrada de ERC y EH Bildu en dicho órgano.
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Un día después y en plena tormenta política, el Gobierno logra sacar adelante en el Congreso el decreto para mitigar las consecuencias económicas y sociales derivadas de la invasión rusa de Ucrania. Lo hace en una votación ajustada que acaba decantándose a su favor gracias al apoyo de los 5 diputados de EH Bildu. Esquerra vota, en cambio, en contra.
En una comparecencia sorpresa, anunciada poco antes a la prensa, y en pleno día festivo en la Comunidad de Madrid, el Gobierno reconoce que los teléfonos del presidente, Pedro Sánchez, y de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, también fueron hackeados a través del 'malware' isaelí Pegasus. Fechan el ataque entre finales de mayo y principios de junio de 2021, justo en plena crisis diplomática con Marruecos por la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para tratarse de la covid-19 en un hospital de Logroño.
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El PSOE recibe los apoyos de PP, Vox y Ciudadanos en el Congreso para vetar la creación de una comisión de investigación que investige el espionaje en sede parlamentaria. El resultado evidencia el mal estado de las relaciones entre el Gobierno y buena parte de sus socios. «Esto se puede cargar la legislatura y la democracia», zanja el portavoz de ERC en la Cámara baja, Gabriel Rufián. Ese día también se conoce que el móvil de la exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya, máxima responsable de la diplomácia española durante la crisis con Marruecos, también fue hackeado con Pegasus.
La directora del CNI, Paz Esteban, comparece en la comisión de secretos y reconoce el espionaje por parte del organismo que dirige a 18 líderes independentistas durante los disturbios de septiembre de 2019 en Cataluña tras la sentencia del jucicio del 'procès'. Entre los nombres que aporta se encuentra el del actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en aquél entonces vicepresidente del Govern que dirigía Quim Torra.
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El Gobierno cesa a la directora del CNI, Paz Esteban para intentar reconducir la crisis desatada con sus socios. Todo ello a pesar de que el día anterior el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, afirmó que no existía «ni una sola razón para que la directora del CNI no esté en su puesto». También se ha conocido que el móvil del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sufrió un intento de infección por parte del 'software' Pegasus.
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