Imagen de uno de los actos convocados por la Gazte Koordinadora Sozialista en los últimos meses. GKS

Críticos con la línea oficial avanzan en la creación de un nuevo partido para desgastar a Bildu

El Movimiento Socialista, cuya marca más visible es GKS, diseña una formación con un discurso comunista ortodoxo

Lunes, 11 de diciembre 2023, 00:16

El Movimiento Socialista (MS), cuya marca más visible es la coordinadora juvenil GKS, avanza en la creación de una formación política que defienda un programa comunista ortodoxo y cuyo principal objetivo sería desgastar a EH Bildu. La gran incógnita es si darán el paso definitivo ... de presentarse a las próximas elecciones autonómicas.

Publicidad

La pugna entre la izquierda abertzale tradicional y MS ha ido superando fases desde que este colectivo irrumpió en 2019 aglutinando a los sectores más críticos con la apuesta institucional de la izquierda abertzale. Lo que en un primer momento apareció como una disputa por el control de los grupos juveniles ha ido derivando en una guerra abierta en todos los niveles. Mientras GKS ha demostrado su fortaleza diluyendo el papel de Ernai -las juventudes de Sortu-, el Movimiento Socialista ha ido reforzando su estructura y penetrando en diferentes sectores sociales con sus propias organizaciones.

En ese reparto orgánico, los Consejos Socialistas se ocupan del control en los municipios, Itaia busca protagonismo en el ámbito feminista, se ha constituido un Sindicato de Vivienda... Una estrategia en la que el MS busca directamente la confrontación con los colectivos que ocupan ese espacio.

El paso que les queda por dar es la conformación de una formación política. Desde su nacimiento, los miembros de este movimiento han teorizado con la puesta en marcha de un partido, un debate que ha generado sus propias tensiones internas. La base ideológica en la que pesca el MS es la crítica hacia las instituciones en general y lo que considera «deriva burguesa» de EH Bildu y Sortu. De hecho, recalcan que para implantar ese sistema comunista es necesario «crear una fuerza política» pero no tanto para ganar espacio en parlamentos o ayuntamientos, sino como mecanismo que marque las directrices a todo el colectivo.

Publicidad

Un movimiento que, además, no solo se circunscribe a Euskadi. En los últimos meses, MS ha 'importado' su modelo a otras autonomías con conferencias en Madrid y diferentes capitales de Castilla y León, donde colectivos de extrema izquierda están mimetizando sus pasos. A este escenario se suma Cataluña y la Comunidad Valencia, donde Arrán -la organización juvenil soberanista cuya 'hermana' en Euskadi sería Ernai- vive sus propias escisiones con grupos similares a GKS. Un 'contagio' que ha tenido dos derivadas. Por un lado, ha puesto en alerta a las fuerzas de seguridad; por otro, ha generado fuertes choques con otros grupos residuales pero de ideología similar que tratan de ganar espacio en el mismo caladero.

La pregunta es hasta dónde quieren llegar. Su discurso antisistema les sitúa «a la izquierda» de la CUP y, en principio, les alejaría de participar en instituciones que consideran «burguesas». Pero eso no quiere decir que no vayan a concurrir a las elecciones. En la izquierda abertzale no descartan que MS apueste por una estrategia similar a la que desarrollaba Herri Batasuna en los ochenta en las elecciones generales. Presentarse pero no coger el acta en caso de obtener representación.

Publicidad

En EH Bildu, en todo caso, mantienen la tranquilidad porque están convencidos de que ese partido a punto de surgir no les va a quitar espacio electoral ni logrará apoyos sustanciales en unas elecciones en las que consideran que tienen el viento de cola.

Generar contradicciones

«Su capacidad para ganar espacio es la que es. Su discurso está más que anquilosado. Pueden meter ruido y movilizar a un sector de los jóvenes pero poco más. Cero preocupación», recalcan desde la coalición soberanista. Una tranquilidad que, en todo caso, tiene sus matices. «Hay algunos sectores que, sin ser de GKS, están descontentos y pueden aprovechar para lanzar un mensaje y tratar de erosionar a la dirección», admiten militantes de Bildu.

Publicidad

Mientras tanto, el Movimiento Socialista sigue buscando la confrontación directa con la izquierda abertzale tradicional para tratar de destacar sus propias contradicciones. Aunque ambas partes subrayan que pertenecen a mundos diferentes y que GKS no es una disidencia de Sortu, la realidad es que los lazos son numerosos y que el espacio en el que ahora crece GKS es en el que tradicionalmente la izquierda abertzale tenía su cantera.

El escaso impacto de las diferentes marcas disidentes

La más simbólica ha sido Herritar Batasuna, que con la utilización de las siglas HB quería apelar a la historia y a la tradición del movimiento. Apareció a finales de 2016 intentando atraer a todos los descontentos con el giro pragmático. Aunque sigue funcionando su impacto interno es mínimo. A esta formación hay que sumar otras como Eusko Ekintza, formada por antiguos miembros de ANV, Ibil,ATA o plataformas como Jardun o Jarki. La amalgama de siglas apenas ha perturbado a Sortu. Solo la irrupción de GKS y su demostrada capacidad para penetrar en el mundo juvenil ha generado nerviosismo en la izquierda abertzale tradicional.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad