Covite cuantifica en casi 200 los homenajes a etarras a lo largo de este año

Más de 60 convocatorias responden a 'ongi etorris'. Es decir, a homenajes a etarras en sus localidades de origen o lugar de residencia tras salir de prisión una vez cumplida su condena, o a miembros de la banda que han fallecido. Una treintena tuvieron lugar en Gipuzkoa, 19 en Bizkaia, 5 en Álava y 8 en Navarra. El último se produjo hace apenas diez días en Bilbao y tuvo como destinataria a la exjefa de logística militar de ETA Itziar Plaza. «España es el único país de la Unión Europea que permite que se homenajee en las calles a terroristas sanguinarios orgullosos de su pasado criminal, con el riesgo que entraña para las nuevas generaciones», advierte la presidenta de la asociación, Consuelo Ordóñez. Se da la circunstancia de que la el Parlamento Europeo acaba de instar a sus Estados miembros a que refuercen sus sistemas para garantizar el apoyo a las víctimas, siendo una de las medidas que se prohíban los homenajes a terroristas por ser «humillantes».

Marzo fue el mes en el que más tributos a etarras se registraron, con un total de 21: nada menos que 15 fueron al terrorista Xabier Rey –condenado por pertenencia al comando Hego Haizea, entre cuyos objetivos estaban guardias civiles, un concejal de UPN y otro de PSN– después de que se suicidara en la cárcel Puerto III de Cádiz. Hubo actos en varias localidades de las tres provincias vascas y también en Navarra. En Pamplona destacados portavoces de la izquierda abertzale como Antton López Ruiz, 'Kubati', portaron su féretro por toda la ciudad. También fueron varios los homenajes dedicados en junio al etarra Txabi Etxebarrieta –asesino del guardia civil José Antonio Pardines Arcay, la primera víctima mortal de ETA– en Tolosa, Derio y Bilbao. Multitudinarios fueron las iniciativas dedicados en agosto a la etarra Leire Etxebarria en las localidades vizcaínas de Galdakao y Basauri.

«Un tipo de enaltecimiento que ha aumentado de forma considerable tras la disolución de ETA», subrayan desde Covite, ha sido la aparición de pintadas y de pancartas dando las gracias a ETA o alabando su trayectoria. El colectivo ha registrado un total de 53 'ekintzas' de este tipo, produciéndose la mayoría de ellas en mayo y en junio, los dos meses después de la disolución de ETA.

Las fiestas populares son otros de los escenarios a los que hace alusión el Observatorio de la Radicalización. Según se desprende del balance, en un total de 27 recintos festivos se alabó de forma explícita a ETA o se portaron retratos de etarras para pedir su excarcelación. Ocho se ubicaban en Bizkaia, otros tantos en Gipuzkoa, 3 en Álava y 8 en Navarra. Asimismo, se han producido 28 manifestaciones en las que se ha reclamado de forma explícita la amnistía de los presos de ETA. A estos actos hay que sumar la 'cena de Nochebuena' en plena calle de Galdakao en apoyo a los miembros de ETA nacidos o que residían en el municipio y que se encuentran en prisión o la creación de una asociación en memoria del etarra Txabi Etxebarrieta.

Covite reclama que se apliquen de forma urgente políticas de prevención de la radicalización en el País Vasco y Navarra para que «las nuevas generaciones no tomen como ejemplo a seguir a terroristas sanguinarios orgullosos de su pasado». «Prueba de ello –añade su presidenta– es el acto indigno y humillante que estos días organiza Sare a favor de la excarcelación los presos de ETA en Pamplona». Ordóñez advierte de la necesidad de «deslegitimar a ETA social, política y culturalmente», dado que, según añade, «su brazo político y social está divulgando un relato manipulado que justifica su actividad criminal y diluye sus responsabilidades».