«Considerar a Bildu un actor importante en Madrid puede perjudicarnos aquí»

- No hubo fumata blanca, pero tampoco es que se hayan echado los trastos a la cabeza. ¿Han firmado una tregua política para futuros acuerdos?

- Esta negociación no ha prosperado, pero se abren otras etapas en las que sí podría haber acuerdos. Nuestra intención siempre es incidir en la acción de gobierno y no vamos a renunciar a ello. La oposición también es esto.

- Su rechazo implica renunciar a medidas por 97 millones de euros. ¿Era más importante escenificar su oposición que blindar esas mejoras sociales?

- Que no haya acuerdo con nosotros no quiere decir que el Gobierno no las pueda incluir en su proyecto. Y más de la mitad de ese montante corresponde a partidas acordadas el año pasado que no se han ejecutado, no eran realmente novedosas...

- Usted fue muy crítica con aquel pacto que firmó la anterior dirección de Podemos. ¿Ha sentido vértigo por que le pudieran reprochar lo mismo?

- No, vértigo ninguno. Nosotros hemos demostrado que somos capaces de acordar con cualquier fuerza política. Cada contexto de negociación es distinto y en este caso el Gobierno vasco no quería incidir en cuestiones políticas.

- ¿Una negociación presupuestaria no consiste en hablar de números?

- Incluso contemplándolos como una cuestión numérica, unas cuentas también encierra la toma de decisiones políticas. Pero, además, admitiendo el carácter político de los números, el marco de una negociación así puede servir para hablar de otras cosas, como se hizo hace años con el PP y la reforma fiscal.

- La última oferta del Gobierno vasco sí contemplaba algunos compromisos políticos.

- Le agradecimos al consejero el gesto de incluir áreas importantes para nosotros. Pero no las dotaron del contenido necesario para desarrollar el cambio de modelo que reclama la sociedad.

- El 53% de la sociedad vasca que votó hace solo seis meses refrendó el modelo PNV-PSE. ¿Por qué iban a tener que cambiarlo con tal respaldo?

- Representan a sus electores, pero su proyecto presupuestario no incluye algunos consensos ciudadanos básicos. Estoy segura de que muchos votantes del PNV y el PSE serían partidarios de publificar las residencias o de aumentar el gasto público.

- ¿Es un modelo diferente al que aplican PNV y PSE en Vitoria o en Navarra, donde Podemos sí les apoya?

- Cada caso es distinto. En Vitoria se despejó la cuestión del gas, se recogió el compromiso de no desahuciar sin alternativa habitacional, se establecieron compromisos sobre los alquileres...

- Visto desde el otro lado, ¿Podemos aceptó el modelo del PNV cuando se avino a retirar el impuesto al diésel para poder sumar el apoyo jeltzale a los Presupuestos del Estado?

- No es una cuestión de aceptar, es atender a la correlación de fuerzas. No nos quedó mas remedio que asumirlo.

- ¿La decisión sobre las Cuentas vascas se ha tomado con independencia de Madrid?

- Con absoluta y total autonomía.

- Pablo Iglesias encaramó a EH Bildu a la «dirección de Estado». ¿Esa estrategia de engorde puede acabar sacrificando el proyecto de Podemos Euskadi?

- Nunca se sabe... Considerar a Bildu como actor importante en el marco del Estado podría ser perjudicial para nosotros. No lo sabemos.

- Les puede quitar votos.

- Más allá de términos electoralistas, hay que mirar lo que se consigue políticamente. Era importante que Bildu estuviera en los Presupuestos del Estado.

- ¿Qué es lo que les diferencia a ambas formaciones?

- Lo de siempre. Nosotros primamos el eje social sobre el nacional. Cuando ambos se contraponen, priorizar el uno sobre el otro tiene consecuencias prácticas definitorias.

- Hace semanas denunció la «actitud vengativa» del Gobierno central con los presos de ETA. ¿Es consciente de que su partido forma parte de ese gabinete?

- Era una crítica a los gobiernos anteriores, no al actual, que está intentando dar marcha atrás a esa política penitenciaria vengativa. Y Podemos está en el Consejo de Ministros, pero tiene la capacidad que tiene...

- ¿Quiere decir que el PSOE es un obstáculo para Podemos?

- Para poder llegar a un acuerdo tuvimos que dejar atrás algunas de nuestras aspiraciones. Es evidente que para materializar algunas medidas estamos teniendo que hacer mucha fuerza.

- El entendimiento entre ambos en Euskadi parece más difícil.

- El PSE tiene una inercia de pactar con el PNV. En algunos sitios como Irún se está superando y empezamos a ver pactos que antes parecían impensables.

- Estamos inmersos en plena tercera ola de la pandemia. ¿Está tomando el Gobierno vasco las decisiones correctas?

- Veo cierta desorientación, las decisiones llegan un poco retardadas. Y siempre estamos hablando de restricciones, pero echo en falta medidas de acompañamiento. Esta no es una crisis solamente sanitaria, también hay una vertiente social y económica.

- La vacunación se ha visto salpicada por los escándalos de altos cargos de Osakidetza. ¿Pedirán responsabilidades?

- Si se confirma que el Departamento de Salud era consciente de esas vacunaciones, tal y como dijo José Luis Sabas, la consejera de Salud debe dimitir, sí. Hay un problema de transparencia y genera desconfianza en la gente.