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Como ya sucediera el martes, cuando avaló por abrumadora mayoría la tramitación por la vía rápida de las actualizaciones del Concierto y el Convenio navarro y la renovación quinquenal del Cupo vasco, el Congreso de los Diputados ha vuelto a escenificar hoy su respaldo a ... los regímenes forales y su plena inserción en el bloque de constitucionalidad frente a los ataques de Vox y Ciudadanos, que se han opuesto a lo que consideran un «privilegio» y una «estafa» al resto de los españoles. Era un «día clave» para Euskadi y Navarra («para Hegoalde, el sur de nuestro país», en palabras de la diputada del PNV Idoia Sagastizabal) y un vistazo a la tribuna de invitados de la Cámara baja lo dejaba claro desde primera hora de la mañana. Hasta Madrid se ha desplazado una nutrida delegación del Gobierno vasco, con el consejero Pedro Azpiazu a la cabeza, y de las tres Haciendas vascas, lideradas por los diputados forales del ramo en Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, José María Iruarrizaga, Itziar Gonzalo de Zuazo y Jokin Perona.
Más allá del trámite parlamentario, que ha dejado listas para su aprobación definitiva en el Senado las tres leyes que dan forma jurídica a los acuerdos alcanzados previamente en las respectivas Comisiones Mixtas para concertar los impuestos aprobados en los últimos meses y renovar el cálculo del Cupo, el Congreso ha vuelto a reivindicar la legalidad y legitimidad de los sistemas de Concierto y Convenio. Unos regímenes que han defendido, cada uno con sus matices, pero con un mismo argumento de fondo -que «negar la foralidad es negar la Constitución», como ha subrayado la ministra de Hacienda y Administraciones Públicas, María Jesús Montero- tanto los nacionalistas como el PSOE, Unidas Podemos y el Partido Popular.
Enfrente han tenido a Vox y Ciudadanos, que pedían la devolución de las tres leyes a través de sendas enmiendas de totalidad, quejosos además por el debate abreviado de las mismas, y que se han empleado con dureza contra el régimen foral y contra la falta de «transparencia», a su juicio, en el cálculo del Cupo. «El segundo territorio más rico de España, el País Vasco, acaba recibiendo más de lo que aporta. Los ricos en España pagan menos y reciben más, siempre que sean los señores del PNV, claro», ha arremetido Inés Arrimadas, que, igual que la representante de Vox, ha convertido su intervención en un alegato contra el «chantaje» de los jeltzales a los sucesivos gobiernos a cambio de su respaldo parlamentario.
«El PNV siempre gobierna España. El PNV siempre gana y aquí solo cambia una letra», ha lamentado la diputada naranja, en alusión al ministro que firmó el acuerdo de 2017, el popular Cristobal Montoro, y la máxima responsable del actual Gobierno en materia tributaria, la socialista María Jesús Montero. Tanto Arrimadas como la diputada de Vox Inés Cañizares han aprovechado para echar en cara al PNV sus «casos de corrupción, chanchullos y mordidas» que, según han dicho, no encuentran eco en el resto de España. «¿Les suena alguno? ¿A que no?», se ha preguntado Inés Arrimadas tras leer un largo listado de casos, algunos ya juzgados y sobreseídos o archivados. «Es porque los del PNV son la vaca sagrada de la política española. Nada les afecta. Y si llega Feijóo no se van a acabar esos privilegios sino que se blindarán», ha insistido, reivindicando así un espacio propio para Cs frente a PP y PSOE.
Los aludidos han evitado rigurosamente entrar al trapo. De hecho, Sagastizabal ha centrado su intervención en hacer pedagogía contra las «injustas» acusaciones de los enmendantes. Ha defendido no solo la constitucionalidad del Concierto, sino también su carácter «solidario» y su contribución a las cargas del Estado, el «riesgo unilateral» que asumen las Haciendas vascas al recaudar sus impuestos y el espíritu de «pacto» consustancial a la foralidad frente al «enfrentamiento» que impera, en su opinión, en la política española.
Desde EH Bildu, Mertxe Aizpurua ha desdeñado las «sandeces» de Cs y Vox, ha recordado que Euskadi paga por «servicios no deseados» como la Casa Real o el Ejército e incluso ha considerado que el cálculo del Cupo pactado entre las Administraciones central y vasca para los próximos cinco años -1.472 millones de euros- supone pagar «más de lo que nos corresponde». «Aspiramos a la plena soberanía fiscal y económica», ha reivindicado la portavoz de la coalición abertzale, que ha exigido una relación en pie de igualdad con Madrid frente a la «dependencia» de tener que seguir concertando tributos o negociando transferencias pendientes. Pilar Garrido, diputada morada y líder de Podemos en Euskadi, ha aprovechado para cargar contra el PNV por una presión fiscal demasiado laxa, en su opinión, que colocaría a Euskadi «en el vagón de cola» de la Justicia tributaria.
El veterano diputado popular Gabriel Elorriaga, secretario de Estado y alto cargo de Moncloa durante los gobiernos de José María Aznar, no solo ha saludado afectuosamente a Azpiazu, compañero de bancada en sus tiempos de diputado en Madrid, sino que ha hecho una defensa cerrada del «anclaje» de la foralidad en la Constitución y ha reivindicado el acuerdo del que fue firmante y que blindó de manera indefinida el Concierto hace dos décadas. Eso sí, ha cargado contra el Gobierno de Sánchez por la «inmensa chapuza» de superponer el impuesto de Grandes Fortunas al de Patrimonio que ya recaudan las Haciendas vascas y por la participación de Euskadi y Navarra en la tarta de ingresos de los gravámenes a la banca y las energéticas sin haberlos concertado previamente, al no darles categoría de impuestos. El socialista Santos Cerdán ha cargado contra el «desconocimiento, ignorancia y mala fe» de Cs y Vox y ha reivindicado la «defensa y mejora» de los regímenes forales.
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