La comisión bilateral para las transferencias pendientes pendientes se activará en otoño

El compromiso para activar el foro ha resultado ser el principal fruto de la reunión que han mantenido este martes en Madrid el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y la consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena. Se trataba de la primera cita para la nueva titular autonómica, que relevó en el cargo en junio a Olatz Garamendi y quien se vio las caras con el sexto responsable de la cartera que Pedro Sánchez ha nombrado desde que se comprometió a completar las transferencias: al expresidente canario le precedieron Meritxell Batet, Luis Planas –de forma interina–, Carolina Darias, Miquel Iceta e Isabel Rodríguez.

La puesta en marcha de la comisión, en puridad, era un deber pendiente desde noviembre del año pasado. Fue entonces cuando el PNV recibió ese compromiso como una de las contraprestaciones a su apoyo a la investidura de Sánchez. Su constitución se ha ido retrasando a lo largo de este periodo, en el que se celebraron elecciones autonómicas y hubo un cambio de gobierno con la marcha de Iñigo Urkullu. Lo acordado en su día por socialistas y jeltzales obliga a que este foro se reúna al menos «cada seis meses» con la participación «presencial» tanto del lehendakari como del presidente del Gobierno.

Al margen de esa comisión, Pradales y Sánchez ya celebraron el pasado viernes una reunión en Ajuria Enea en la que sentaron las bases para el proceso de traspasos pendientes. Este martes, en una comparecencia ante los medios para hacer balance de su ronda de contactos, el lehendakari ha augurado que esa relación bilateral permanente contribuirá a «imprimir un nuevo ritmo y dinámica» y ha subrayado que el presidente del Gobierno y él comparten «hoja de ruta». El pacto de investidura del PNV estableció en noviembre un plazo «improrrogable» de dos años para completar las transferencias, de manera que deberían llegar todas para finales de 2025 y encarar después una actualización estatutaria.

Pradales ha explicado que tanto él como Sánchez pertenecen a «una generación distinta» a la de quienes redactaron y firmaron el Estatuto de Gernika de 1979, por lo que tienen «la obligación de ofrecer a una nueva generación de vascos un nuevo marco que garantice su bienestar y que ofrezca a Euskadi nuevas herramientas para poder crecer en este mundo que muy poco tiene que ver con el de hace 45 años». El jefe del Ejecutivo autonómico se ha mostrado optimista sobre el traspaso de todas las competencias, incluida la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, una patata caliente para el Gobierno central por los posibles agravios territoriales en caso de ruptura de la 'caja común'.