El Parlamento más nacionalista en la Euskadi menos independentista

La pregunta está referenciada en el capítulo 2.7 denominado «Eje vasco-español» del Sociómetro que el Gobierno vasco publicó el pasado 14 de febrero.

Ese 19% que constata el último estudio demoscópico elaborado por el Ejecutivo de coalición conformado por el PNV y el PSE supone bajar dos puntos respecto al guarismo del año pasado y se sitúa en mínimos de la serie histórica, que comienza en 1995. La curva de evolución registrada desde entonces evidencia una tendencia a la baja que sólo tuvo destacados picos en momentos políticos de especial polarización. El máximo se dio en 1997, con el 33%, a las puertas del Pacto de Lizarra. Se bajó al 27% en 2001 y volvió a situarse en el 31% en 2005, al calor del llamado plan Ibarretxe.

Desde entonces, la tendencia a la baja ha sido una constante por la escasa pulsión identitaria que existe en una Euskadi que a tenor de los datos del Sociómetro está más preocupada por las cosas del comer. De hecho, el principal problema que aseguran tener los vascos y con destacada diferencia es el relacionado con el mercado de trabajo (48%), seguido de la sanidad (35%), la vivienda (25%) y los problemas económicos (21%).

Respecto a la categoría «más vasco que español» sigue situada en el 25% desde 2021. En 1995, el porcentaje era del 15%. El mayor porcentaje se da en el grupo social que asegura sentirse tan vasco como español. Se sitúa en el 40%, cuando en 2019, por ejemplo, era del 32%. Por contra, el porcentaje de únicamente españoles se sitúa en el 6%, la mitad que en 1995. El grupo más residual es el que conforman aquellos que dicen ser más españoles que vascos, que sigue en un residual 3%.

Más preguntas. La 2.6 se refiere a «la escala de nacionalismo vasco». ¿Podría decirme dónde se colocaría en una escala de 0 a 10, en la que 0 significa nada nacionalista o abertzale y el 10 muy nacionalista o abertzale? La cifra desvelada por el Sociómetro es 5, una décima menos que en 2023. En este caso, la tendencia es similar a la registrada desde 2010 (cuando existen los primeros datos). Siempre ha oscilado entre el 4,8 de 2018 y el 5,2 de 2013.

En relación a la actitud hacia la independencia, el porcentaje de personas que dice estar de acuerdo se mantiene en el 23%, siete puntos menos que el registrado en 2014, cuando se produjo el 9-N catalán y la eclosión de la llamada nueva política al albur del estallido de la Gran Recesión. Por su parte, el porcentaje de los que no están de acuerdo se sitúa en el 38%, un punto menos que en 2023 y dos menos que en 2022, cuando se registró un 40% que sigue siendo máximo histórico. Esta ligera bajada está relacionada con la subida de quienes dicen que estarían o no de acuerdo en función de las circunstancias. El porcentaje es del 33%, dos puntos más que el año pasado.