PP y Ciudadanos cierran la puerta a Sánchez por el «pacto de la vergüenza» en Navarra

El pasado 2 de julio, tanto populares como naranjas ya advirtieron de que romperían con el PSOE si llegaba a un consenso con la coalición soberanista para enviar a Navarra Suma a la oposición a pesar de haber sido la fuerza más votada en las elecciones autonómicas y de haber ofrecido al PSN configurar un Ejecutivo de coalición. Casado y Rivera suscribieron un manifiesto con el presidente de UPN, Javier Esparza, en el que se comprometieron «a no alcanzar en el futuro ningún tipo de acuerdo» con una formación política, el PSOE, que es capaz «de pactar y negociar el Gobierno navarro con nacionalistas -en alusión a Geroa Bai- y proetarras». Tachaban además de «inmoral» un hipotético acuerdo con la izquierda abertzale.

Y es que la abstención de los siete representantes de EH Bildu en la Cámara de Pamplona son indispensables para que prospere el Gabinete integrado por PSN, Geroa Bai -a la que pertenece el PNV- y Podemos, apoyado por Ezkerra. Los cuatro grupos suman 23 votos, tres más que Navarra Suma, pero se verán forzados a gobernar en minoría. Esta fragilidad obligará a Chivite a negociar con la oposición todas las iniciativas que lleve al Parlamento y, a priori, las alternativas para hacerlo se reducen a una, la izquierda abertzale, ya que de entrada la entente formada por UPN, PP y Ciudadanos le dará la espalda porque las relaciones están rotas. Este escenario no ha pasado desapercibido para la coalición soberanista, cuyos dirigentes han recordado a su militancia que con este escenario se podrá «condicionar» e incluso «incidir» en las decisiones del Ejecutivo.

La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, declaró ayer que, tras lo sucedido en Navarra, su partido «no irá a ninguna parte» con Pedro Sánchez. «El PSOE en estos momentos y con estos acuerdos no tiene nada que ver con el PP para el futuro de España. No vale todo en política para que Sánchez sea presidente. Y no vale que un partido que se dice constitucionalista vaya de la mano con aquellos que han volado los cimientos de la Constitución», subrayó la dirigente popular.

La investidura de Chivite con el beneplácito de Bildu ha servido a Casado para soltar parte de la presión que le han intentado hacer llegar los socialistas para que reconsidere su 'no' a Sánchez en septiembre y facilite su investidura. También Ciudadanos volvió a dejar claro que no quiere nada con el PSOE. Su líder en Cataluña, Lorena Roldán, cargó contra los socialistas por haber pactado con «populistas y separatistas» en Navarra, Baleares, Valencia y la Diputación de Barcelona.

El PSN, cuyas bases avalaron ayer con casi un 90% de los inscritos el acuerdo con Geroa Bai, Podemos y Ezkerra, tuvo que hacer público un comunicado para negar de nuevo la existencia de contactos con la izquierda abertzale, «ni como partido ni con intermediarios». Arnaldo Otegi, por su parte, explicó en su blog que la postura favorable de la dirección de EH Bildu de posibilitar la investidura de Chivite no supone en ningún caso «dar un cheque en blanco» al próximo Gobierno de la comunidad foral.