Los cinco grandes errores del cartel machista de Pablo Iglesias

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Para Pedro Marfil, el primer gran fallo del anuncio de Iglesias es que «semióticamente su mensaje es muy mesiánico», empezando por la elección de la fotografía que lo ilustra. En ella, aparece destacado el secretario general de Podemos, más líder que nunca, con «una postura de batalla, de llamada a las masas», sostiene. Una imagen de «confrontación y de polarización muy clara de cara al electorado» que, pese al matiz negativo que pueda tener, no rompe con el hilo narrativo que ha seguido tradicionalmente este partido, ya de por sí con un discurso «muy populista. No hay que olvidar que nació en plena crisis económica para ofrecer una salida a ella y así salvar a la gente», recuerda.

Lo que ya es negativo es que se destaque tanto la figura en solitario de «un líder que hasta ahora se había sabido rodear de un equipo de escuderos capaces de asumir un gran protagonismo mediático como Carolina Bescansa, Iñigo Errejón o Rafael Mayoral». El problema es que muchos de ellos están fuera ya de la formación morada. Por todo ello, esta foto del secretario general sin nadie alrededor «provoca la percepción, un aspecto cada vez más importante en política, de que estamos ante un partido que se está desmembrando al ser incapaz ya de aglutinar los intereses y la pluralidad de las corrientes internas de un movimiento que hizo de la transversalidad su bandera», explica.

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El segundo fallo del cartel es el «VUELVE» en letras moradas en el que la 'e' y la 'l' se destacan con un tono más claro y «mal acentuado, por cierto», apunta Marfil. Este cambio cromático, que induce a la lectura de que «él vuelve» en un intento por masculinizar el liderazgo del partido, es lo que origina en opinión de este especialista la oleada de críticas y «le da un connotación negativa». Sobre todo, teniendo en cuenta que hasta ahora Podemos «se había destacado por ser un partido muy activo en la defensa de los derechos de las mujeres. De hecho, su máximo dirigente se había cogido un permiso de paternidad y, una semana antes de la polémica, su coalición con IU se rebautizó con el nombre de Unidas Podemos en respuesta al pujante movimiento feminista. Qué diferente habría sido la campaña si se hubiera utilizado la palabra 'volvemos'...».

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Relacionado con el punto anterior, el 'vuelve' de Iglesias se puede entender como un menosprecio a Irene Montero que, en ausencia de Iglesias, había llevado estos meses, según Marfil de forma bastante «digna», el peso del partido, pese a que el número 2 sigue siendo Pablo Echenique. Una dirigente, que, para más inri, es la propia pareja del líder de Podemos y madre de sus hijos, cuya imagen queda eclipsada con el cartel. «Parece que la que estaba no tiene tanta validez y es ahora con 'EL', y no con 'ELLA', cuando van a pasar las cosas importantes, las que tienen realmente sustancia política», sostiene el especialista al mismo tiempo que advierte de que «realzar el regreso de Iglesias a la vida pública convierte en excepcional algo que debería ser tan normal como coger una baja por paternidad. Un ejemplo más de incoherencia en esta formación».

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Por si fuera poco, este cartel con una elevada carga machista se difunde dos días antes del 8-M. «Si se hubiera esperado al lunes seguramente no habría pasado nada», cree el analista. En ese sentido, considera que el partido no ha tenido en cuenta «el contexto, que es esencial en política y que siempre determinan los mensajes. Parece que no han sido suficientes 15 días de campaña mediática muy importante a favor de la lucha por la igualdad de las mujeres». Por si fuera poco, «su mensaje se contrapone a las declaraciones de la propia Montero en las que apuntaba a que el próximo líder de Podemos será una mujer, lo que ha dejado a la gente algo trastocada», añade.

Es verdad que Pablo Iglesias se lanzó vía Twitter a reconocer el «error» en la difusión del cartel al poco tiempo de estallar la polémica. Y todo ello «mediante técnicas que se usan mucho en política cuando estalla una crisis como responder rápido y culpar a los miembros de uno de sus equipos del fallo como si fueran ajenos a él. Sin embargo, estas medidas de urgencia no han tenido los efectos deseados, ya que un día después se sigue hablando del tema», destaca el analista de comunicación. En opinión de Marfil, la reacción del líder de Podemos debería haber pasado por informar de que «había dado la orden de retirar la campaña de forma inmediata», algo que, en realidad, sucedió poco después de los mensajes del secretario general. «Acometer y expresar esa acción correctiva ayuda mucho más a restaurar la imagen perdida ante la opinión pública que pedir perdón», concluye.