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«No hay alternativa a Pedro Sánchez». Sabin Etxea es taxativa a la hora de analizar el escenario abierto en la política nacional por el rotundo triunfo de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M, que impulsa a su vez la credibilidad del ... PP de Pablo Casado en su afán por reunificar al centro derecha para plantar cara al sanchismo. No obstante, el PNV, acosado por los malos datos de la pandemia en Euskadi pero con tres años de estabilidad por delante gracias a su acuerdo con el PSE, no quiere ni oir hablar de cambios de ciclo que podrían acabar con la posición de privilegio que le da su condición de socio preferente de Sánchez. Un estatus que se concretará la próxima semana, por ejemplo, en la convocatoria de la Comisión Mixta de Transferencias que rubricará el traspaso a Euskadi de la competencia de Prisiones más de cuatro décadas después.
La prisa que se dio ayer el PNV en cerrar filas con Moncloa y en descartar que el 'ayusazo' vaya a incidir en la gobernabilidad del Estado sirve de termómetro para calibrar el actual estado de ánimo de los jeltzales, impacientes por ver bajar el 'suflé' madrileño. A primera hora de la mañana, Aitor Esteban ya había descartado en una entrevista en 'Onda Vasca' cualquier influjo de la victoria de la dirigente popular en la legislatura de Sánchez. «El PP no tiene hoy capacidad de influencia para cambiar las mayorías en el Parlamento español y menos si pretende hacerlo al estilo Ayuso, bastante escorado al populismo de Vox», zanjó el portavoz en el Congreso.
Una opinión que corroboraron después fuentes de la dirección jeltzale, que hace el análisis de que cualquier tentativa de gobierno del PP de Casado necesitaría el apoyo por activa o por pasiva de Vox «y a eso no vamos a entrar nunca». Además, el EBB relativiza la «euforia» provocada en las filas populares y en la esfera «mediática» por la gran victoria de Ayuso y acota su éxito a una fórmula «populista y personalista» que en absoluto ve extrapolable al resto del país. Una conclusión prácticamente idéntica, por cierto, a la que está difundiendo Moncloa.
Es más, igual que hace el entorno de Pedro Sánchez, tanto Esteban como Sabin Etxea hicieron votos ayer por la continuidad de la legislatura hasta su final natural, en diciembre de 2023, e insistieron en que hay más posibilidades de que esto ocurra ahora que antes del recuento en Madrid, por la necesidad del PSOE y de Unidas Podemos, también noqueado por sus magros resultados y por el adiós de Pablo Iglesias, de ganar tiempo y rehacerse dentro del Gobierno. «Nadie va borracho a hacerse una analítica», ilustraron, gráficos. «Tratarán de darle la máxima continuidad. Podría haber nuevas elecciones en Madrid antes que generales», aventuró Esteban, al durar solo dos años la legislatura madrileña que ahora se inicia. La apelación a la estabilidad se sobrepuso a la mejorable relación que ahora mantiene el PNV con Sánchez, sobre todo a raíz de su negativa a prorrogar el estado de alarma a partir del domingo. Sí que le pidió que «se deje de tacticismos» y afronte con pragmatismo político «los problemas reales». «Es tiempo para que la política con mayúsculas vuelva al Estado», invocó el portavoz.
desgaste
No obstante, en privado, el análisis que hace el PNV no es tan tajante ni descarta posibles variables que empujen al presidente del Gobierno a disolver las Cortes en algún momento a partir del próximo otoño. Esa hipótesis, de hecho, ha sido manejada hasta la saciedad por Andoni Ortuzar y otros dirigentes de peso, que llegaron a situar en la primavera de 2022 la convocatoria electoral, especialmente en el pico de las desavenencias entre Sánchez e Iglesias.
Sustituido el ya exlíder morado por Yolanda Díaz, los jeltzales ven posible que Sánchez ponga sordina al triunfo de Ayuso y se abra un periodo de relativo sosiego, pero también permanecen atentos y expectantes a la posibilidad de que el presidente se vea contra las cuerdas por sus menguantes apoyos en el Congreso y por un eventual adelanto electoral en Andalucía que podría seguir consolidando el poder territorial del PP y decida apretar el famoso botón rojo. «En el Gobierno se gana tiempo pero eso también te desgasta si no tienes una mayoría clara». Y, a la espera de un posible desmembramiento de Cs y de su grupo parlamentario, con posibles nuevas fugas hacia el PP, y ERC atrapada en su laberinto, Sánchez podría no tener en el futuro cercano los apoyos necesarios para aprobar, por ejemplo, los próximos Presupuestos.
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