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María Chivite considera que todavía no se dan las condiciones para dar el paso definitivo y tratar de convertirse en la próxima presidenta de Navarra. La candidata del PSN se muestra «muy optimista» sobre el desarrollo de las negociaciones con sus potenciales aliados -Geroa ... Bai, Podemos y Ezkerra-, pero el ruido exterior, especialmente el que llega desde Madrid, la calculada ambigüedad de EH Bildu, indispensable para el éxito de la investidura, y los flecos para acordar un programa de gobierno frenan de momento sus aspiraciones.
Son las principales conclusiones que se pueden extraer de la primera toma de contacto del máximo responsable del Parlamento foral con los diferentes grupos, que finalizó ayer. Unai Hualde comunicará el próximo lunes a la Mesa y a la Junta de Portavoces la inexistencia de un aspirante a la presidencia y quedará a la espera de que se produzca algún cambio para convocar una segunda ronda de consultas, para lo que ya ha sido habilitado el mes de julio y, si fuera necesario, se haría lo mismo en agosto.
Navarra Suma, la coalición integrada por UPN, Partido Popular y Ciudadanos, se mantiene a la expectativa. A pesar de que fue con diferencia la fuerza más votada en las elecciones autonómicas, su única opción de convertir en presidente a Javier Esparza es que los socialistas rompan con sus eventuales aliados y se abstengan en la votación en la Cámara. Ahora mismo esa opción es una quimera y por eso los regionalistas han pasado en pocos días de tratar de cortejar al PSN con un cambio de cromos en el Congreso a criticarle con extrema dureza. «Hace falta tener tragaderas para llegar a presidir un gobierno de la mano de EH Bildu», lanzó Esparza tras reunirse con Hualde.
Geroa Bai, Podemos y Ezkerra mantienen un discurso casi idéntico. Los contactos marchan bien y hay voluntad para impulsar un Ejecutivo de «progreso» junto a los socialistas, pero hay que limar algunos aspectos antes de plasmar los objetivos en un programa que les dé confianza y que les haga tener la certeza absoluta de que la candidata tiene que ser María Chivite. «Hay muchísimas más cosas que nos unen a los cuatro partidos, pongamos el acento en ellas», declaró ayer la dirigente del PSN.
Si las negociaciones no se tuercen y hay un pacto, el papel de EH Bildu sería determinante. Arnaldo Otegi, en la entrevista en TVE, dijo que comprendía que los socialistas navarros no están en disposición de mantener un encuentro «público» con la izquierda abertzale, pero dio por hecho que habrá conversaciones privadas para llegar a una entente. Para Bildu sería muy difícil conciliar un 'no' a Chivite con su mantra de que tratará de evitar gobiernos de derechas.
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