![Chivite promete «convivencia» mientras Bildu le avisa de que elevará sus exigencias](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/08/14/chivite-investidura-U1904822914774pH-U2001002788536CvG-1200x840@El%20Correo-ElCorreo.jpg)
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«Se puede gobernar en minoría parlamentaria si el diálogo se ejerce con sentido común. Seamos el mejor ejemplo de cómo la pluralidad convive y debate con normalidad y respeto». La socialista María Chivite estrenará este martes su segunda legislatura consecutiva como presidenta de Navarra ... prometiendo hacer bandera de la «convivencia» en una comunidad de alto voltaje político. Lo hará al frente de un nuevo tripartito de PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin que, como en el anterior mandato, dependerá del apoyo externo de una EH Bildu que ya advierte de que elevará el listón de sus exigencias: «No vamos a renunciar a nada y tendremos que hablar de todo».
En pleno puente de la Asunción, el Parlamento autonómico ha celebrado este lunes la primera jornada del pleno de investidura tras unas largas negociaciones dilatadas por las elecciones generales de julio, primero, y por la disputa entre PSN y Geroa Bai, después. Resueltos todos los flecos, llegaba la hora de la verdad, pero la primera votación ha resultado fallida. Tal y como se preveía, la candidatura de Chivite no ha alcanzado la mayoría absoluta (ha obtenido 21 'síes', a cinco de la barrera), por lo que deberá esperar a la segunda ronda del martes, en la que le bastará con la mayoría simple. La oposición de UPN, PP y Vox sumará 20 'noes', mientras EH Bildu aportará 9 abstenciones decisivas.
A la espera de la designación definitiva, la aspirante a la reelección ha explicado su programa de gobierno para los próximos cuatro años. Durante algo más de 40 minutos y por momentos con la voz entrecortada, Chivite ha proyectado un Ejecutivo foral «estable, desde la centralidad, feminista y para todos los navarros» con el que pretende dar cauce al mandato de las urnas: «La ciudadanía ha votado mayoritariamente convivencia, respecto e integración de la pluralidad y la diversidad». También pretende responder a «la amenaza de involución que viene de formaciones de derechas» en una legislatura en la que Vox se estrena en la política navarra mientras UPN y PP van cada uno por su cuenta.
Aunque regionalistas y populares llegaron a tenderle la mano para que no dependiera de EH Bildu, la dirigente socialista cuenta nuevamente con la coalición soberanista como socio indispensable para la gobernabilidad de la comunidad. Las apelaciones al «diálogo» han sido de hecho una constante a lo largo de un discurso de investidura que, sin embargo, no se ha encontrado con el aplauso de la bancada abertzale. Su portavoz, Laura Aznal, ha alegado «responsabilidad» para facilitar la elección, pero ha antepuesto que esta legislatura será «un punto de inflexión» en el que su partido exigirá «romper amarras». Entre las exigencias, debatir sobre la soberanía de Navarra y el derecho a decidir porque «la sociedad navarra es madura para decidir qué relación quiere tener con el Estado y el resto de territorios vascos».
Por lo pronto, la candidata a la Presidencia ya ha lanzado en su intervención algún guiño en materia territorial. En concreto, ha propuesto constituir una ponencia parlamentaria en la que se estudiará la reforma de la Lorafna, conocida como el Amejoramiento del Fuero y que funciona como Estatuto de Autonomía. Eso sí, ha advertido de que cualquier cambio deberá encajar «en el marco constitucional». Chivite también ha ofrecido compromisos con el euskera al plantear «un amplio acuerdo social y político» que tenga en cuenta «la realidad sociolingüística» de una comunidad dividida en tres zonas (vascófona, mixta y no vascófona). En este ámbito, ha señalado que el debate se tiene que producir bajo la premisa de que no se debe «mezclar la lengua con el debate partidista».
Autogobierno y euskera son compromisos con los que la dirigente socialista también pretende contentar a su principal socio de gobierno, Geroa Bai, que defiende el pacto alcanzado pero pone deberes a la todavía presidenta en funciones. El primero, según Uxue Barkos, el de «tejer confianza donde ha quedado quebrada», tras unas negociaciones muy duras en las que EH Bildu llegó a ofrecer su 'sí' para neutralizar las dudas surgidas en la coalición de PNV y Socialverdes. Una actitud que ha criticado la propia Barkos, futura senadora por designación autonómica, quien ha presumido de que su formación «nunca» hubiera dado «un 'sí' sin condiciones».
Precisamente en el enfrentamiento vivido en las últimas semanas ha hurgado la oposición, que anticipa una legislatura inestable. El líder de UPN, Javier Esparza, ha diagnosticado que el Gobierno foral «nace roto tras un bochornoso espectáculo de acusaciones cruzadas, amenazas, puñaladas y baile de sillas» y ha reprochado a Chivite que haya «rechazado» su colaboración para repetir la dinámica de la pasada legislatura: «Había otra alternativa, pero de nuevo usted ha preferido a EH Bildu, ha optado por lo peor para Navarra y entregarla al independentismo vasco». También Javier García (PP) ha ahondado en las disputas entre PSN y Geroa Bai, y ha llamado a la aspirante a la reelección a «reconsiderar sus políticas», basadas en su opinión en «las concesiones a los abertzales y en la inacción en temas fundamentales».
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