Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En la calle Mayor de Treviño, al lado de un cajero de Kutxabank, justo enfrente de la oficina de la Caja Rural Burgos, Elvira Jiménez despacha en el único ultramarinos del pueblo. Ella, treintañera nacida en Moscador, a cinco kilómetros, «nunca» ha votado en unas ... elecciones a la Junta de Castilla y León. Tampoco lo hará mañana. «No me interesa. Si se presentara algún partido que defendiera que estuviéramos en el País Vasco sería diferente», comenta mientras apila unas latas de cerveza. Su caso no es una excepción en este municipio, la 'capital' del condado burgalés clavado en mitad de Álava, que en los últimos comicios autonómicos, en 2019, arrojó un 41,1% de abstención. En los anteriores, en 2015, rozó el 46%. Y el domingo, intuyen los vecinos, será aún mayor al no coincidir, por primera vez, con una cita municipal con las urnas.
En los 51 pueblos que cosen el Condado de Treviño, con poco más de un millar de electores en su censo, no hay ni rastro de la campaña para elegir al próximo presidente de los castellanoleoneses. Ni un mitin en sus plazas, ni un cartel electoral pegado en sus paredes... y «fijo que alguno se ha enterado de que toca votar porque se ha encontrado con las papeletas en el buzón», bromea Sheila Ramos a dos pasos de la CL-127, la carretera que conecta con Miranda de Ebro y que patrulla la Guardia Civil. «Aquí no se habla de las elecciones de Castilla y León, la verdad es que estamos más pendientes cuando son las del País Vasco. Es que hacemos allí toda la vida», explica esta cocinera bilbaína que se mudó hace seis años a Treviño. De Vitoria la separan menos de 20 kilómetros. De Burgos, algo más de 100. «Poco se va a votar el domingo, por no decir nada», sentencia.
Noticia Relacionada
Miguel Ángel Alfonso
Desde su vivienda en la calle Puente Alto -o Goiko Zubia kalea, porque los letreros son aquí bilingües- observa la postal que gobierna Enrique Barbadillo, del PNV. Sí, un alcalde jeltzale. «Castilla y León está muy lejos y estas elecciones no interesan, pero ni a los vecinos, ni a los políticos, que no han estado por aquí en la campaña ni en persona, ni en foto», comparte el regidor, con la ikurriña colgada en su casa entre las banderas del Alavés y del Baskonia. Y no es el único rincón donde ondean en el condado, con decenas de fachadas y puertas talladas con lauburus. En Añastro, con 110 habitantes en el padrón, conviven unos cuantos de esos símbolos con 'eusko label' con contenedores o bancos rematados con la placa de la Diputación de Burgos. Juan Pérez, sentado en uno de ellos, recuerda que en el enclave «viven muchos vitorianos» aunque no son pocas las parejas que mantienen a uno de sus miembros empadronado en la capital alavesa, por ejemplo, para el acceso a la educación de sus hijos.
La educación, la sanidad, el trabajo, las compras... empujan a los treviñeses a mirar hacia Euskadi. También la política. «Seguro que muchos del pueblo conocen más a Urkullu que a Mañueco», dispara Rubén Dulanto en la taberna de Argote que lleva su apellido. «No es una cuestión ideológica, sólo que la gente no ve implicación de Castilla y León y está descontenta», reflexiona. Yolanda Urarte, tercera generación de taxistas y concejala por la Agrupación Independiente Condado de Treviño desde hace cuatro años, comparte sus palabras aunque ella sí pasará mañana por las urnas. En las últimas autonómicas ganó allí el PSOE (28,3% de las papeletas), que sólo sacó un voto más que Podemos. La vida, defiende, «sería más fácil» dentro de Euskadi, «nuestra institución más cercana es la Diputación de Álava».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.