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No sé sabe muy bien qué queda de aquel Ciudadanos presidido por Albert Rivera, que dejó el partido hace algo más de un año tras pasar en cuestión de meses del cielo de los 57 escaños al infierno de los 10 diputados. Dimitió, algo inusual ... en España, y se marchó al sector privado. Dice que no quiere saber nada de política, pero sus tuits y comentarios sobre su sucesora, Inés Arrimadas, han generado mucha controversia al defender todo lo contrario que ella. Ambos son de Ciudadanos, pero a la vista está que no son lo mismo.
Pablo Casado lo sabe y está dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias su 'operación cortejo' a las bases de los liberales porque sin ellas, batir a Pedro Sánchez en las urnas es misión casi imposible. Así quizá se entienda mejor que la dirección del Partido Popular haya decidido intensificar su relación con Albert Rivera contratando de nuevo al bufete que preside para recurrir ante el Tribunal Constitucional la nueva Ley de Educación (LOMLOE), más conocida como 'Ley Celáa', según desveló 'Europa Press' y confirmó este periódico.
anterior época
Rivera, que se incorporó al despacho de abogados Martínez-Echevarría en marzo del año pasado, se encargó también del recurso del PP ante el Constitucional de la ley catalana de alquileres aprobada por el Parlament en septiembre. Ese recurso de inconstitucionalidad fue admitido a trámite el pasado enero.
Ahora, el PP vuelve a recurrir a Rivera (que ha añadido su apellido al nombre del bufete) para que interponga un recurso contra la reforma educativa promovida por el Gobierno de Sánchez, una norma que se ha convertido en uno de los principales campos de batalla ideológicos de los populares contra el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos.
De hecho, el propio Casado ha anunciado que si llega al Palacio de la Moncloa derogará de inmediato esa ley porque, dice, va contra la libertad de los padres para elegir el centro en el que quieren que estudien sus hijos. El PP dispone de plazo hasta el 30 de marzo para presentar ese recurso, según las fuentes consultadas.
opa hóstil o fusión
Casado ya mantenía una relación fluida con Rivera cuando éste presidía el partido naranja y, de hecho, ellos fueron quienes fraguaron los pactos autonómicos de sus partidos en Andalucía, Comunidad de Madrid, Murcia y Castilla y León y en alcaldías clave como la Madrid. La sintonía paralela entre el 'número dos' del PP, Teodoro García Egea, y la mano derecha de Rivera, José Manuel Villegas, facilitó que esos acuerdos llegaran a buen puerto. Villegas, precisamente, es el actual vicepresidente del bufete.
Aunque en el PP insisten en matizar que se trata de un relación meramente profesional, a nadie se le escapa que existe un trasfondo de hondo calado político por lo que puede suponer en un futuro no muy lejano. Casado ya ha desechado la idea del 'España Suma' y ahora quiere aglutinar a todos los votantes del centro derecha en las siglas del PP. Arrimadas, sin embargo, no está ni mucho menos por la labor y ya ha advertido de que defenderá hasta el final las siglas de Ciudadanos. Una división que en el PSOE, sobre todo, se ve con entusiasmo.
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