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Pablo Casado, segundo tras Soraya Sáenz de Santamaría en las elecciones primarias a la presidencia del PP celebradas el pasado jueves, parece tener claro el camino para batir a la exvicepresidenta del Gobierno Rajoy y auparse así al liderazgo conservador en el congreso extraordinario de ... la próxima semana en Madrid. El exvicesecretario de Comunicación ha decidido jugárselo todo a la derecha. Parecía el aspirante más conservador de los seis que comparecieron en la línea de salida. Y los hechos así lo denotan día a día.
Quien fue en su día secretario de José María Aznar, ha defendido y defiende, como el expresidente, que el PP necesita refundarse. Con un objetivo claro: volver a ser la única voz en las urnas del centroderecha español y recuperar así a los votantes de Vox y Ciudadanos.
En la actual carrera electoral, Casado ha mostrado su desacuerdo con la ley del aborto, que Rajoy aceptó. Ha votado en contra de los planes del Gobierno socialista de Pedro Sánchez de alumbrar una norma que regule la eutanasia. Y ha mostrado su deseo de hacer del PP el verdadero partido 'de la familia'.
Los equipos tanto de Sáenz de Santamaría como de Casado sostienen que ven muy próxima la victoria. Pero la batalla por el voto de cada uno de los 3.184 compromisarios (de los que 522 son natos) se endurece de día en día.
El político madrileño cultivó ayer otro poco más su perfil más aznarista y se apuntó un buen tanto para captar a los compromisarios más críticos con el PP de Rajoy. Para ello Casado tiró de María San Gil, con quien compareció y se fotografió en el Retiro madrileño. La expresidenta del PP vasco se marchó en 2008 dando un portazo, en vísperas del congreso de Valencia, del que Mariano Rajoy pudo salir políticamente vivo al resistir el desafío de Esperanza Aguirre y del aznarismo gracias al apoyo de la organización valenciana.
San Gil se mostró ayer generosa con el candidato. «Después de diez años en los que me he sentido ideológicamente muy huérfana, Casado me ha devuelto la ilusión», lanzó. El aspirante no quiso ser menos. «María es una referencia moral imprescindible para España. Y (si gana él) será en este partido lo que quiera, cuando quiera y como quiera».
Salvo sorpresa mayúscula de última hora todo apunta a que no habrá debate cara a cara entre los aspirantes a convertirse en el quinto líder del centroderecha español, como sería lo más razonable. Así que los aspirantes elevan el tono, cada uno por su lado.
Que la exvicepresidenta carga contra Pedro Sánchez y pide no levantar el pie con el soberanismo, Pablo Casado censura directamente el trabajo de Santamaría en Cataluña cuando estalló el 'procés'. Amén de volver a insistir en la nada democrática idea de ilegalizar a los partidos independentistas.
Tras lo sucedido hace una semana, los compromisarios afines a la derrotada María Dolores de Cospedal, se presentan determinantes. Siempre, claro, que la exsecretaria general apueste con claridad por uno u otro, y el gallego Alberto Núñez Feijóo no tome partido.
En las primarias, Galicia se decantó claramente en favor de Cospedal. ¿Mantendrá ahora Feijóo la neutralidad política? Si, pública o privadamente, decidiera avalar a uno de los aspirantes, en especial a la exvicepresidenta, podría resultar definitivo.
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