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Reconoce Alfonso Alonso (Vitoria, 52 años) que el pasado domingo «estaba muy preocupado». La cara con la que compareció ante los medios no mentía. El ... PP vasco se quedaba, por primera vez en su historia, sin representación en el Congreso y el desplome a nivel nacional dejaba a su formación con 66 escaños. «Fue un día de duelo, pero ya estoy más optimista porque he visto que se va a enmendar el rumbo», asegura. Él fue una de las pocas voces que internamente alertó del peligro del giro a la derecha de Casado.
– ¿Ha repetido mucho estos días 'os lo avisé'?
– Tampoco quiero ser más listo que nadie. Lo importante para el PP es tratar de entender lo que ha pasado: los españoles no nos han comprado nuestra oferta porque no les ha parecido conveniente. Nosotros somos los que nos hemos equivocado, no los españoles
– ¿Reconoció al PP de la campaña electoral como su PP?
– Es evidente que se innovó, se hizo un giro a la derecha que no ha sido entendido. El PP no puede salir a empatar el partido o pensar 'lo voy a perder pero luego lo voy a arreglar'. No fuimos a ganar las elecciones sino a ser el centro de las tres derechas. Y nuestra vocación no es esa, es ser la alternativa al PSOE. Eso nos desdibujó.
– ¿Y por qué la dirección nacional siguió esa estrategia?
– Se partió de una idea errónea. La enunció Aznar: 'el espacio de centro derecha está fracturado en tres y se tiene que refundar sobre esos tres partidos'. Eso no es cierto. El partido referencial es el PP. Vox y Ciudadanos nunca lo van a ser.
– ¿Se mordió mucho la lengua durante la campaña?
– Yo siempre me muerdo mucho la lengua. Y nunca critico a mi partido en campaña. Y fuera de campaña, tampoco.
– ¿El mayor error fue ofrecer a Vox entrar en un gobierno del PP?
– Fue lo peor. Los votantes rechazaron esa oferta de forma clamorosa.
– ¿Ese acercamiento fue mera estrategia o Casado se siente cómodo junto a los de Abascal?
– Fue una ingenuidad. Pensaron: 'hay votantes que están enfadados', y percibieron en determinados sectores un giro emocional que arrastraba a todos. Y no. Fue un error pero Casado ha aprendido de ello y sigue peleando. Creo que puede representar muy bien al PP. Eso sí, tiene que saber escuchar y adaptarse para ofrecer soluciones.
– ¿Ha estado mal aconsejado por su entorno?
– Es un equipo que ha llegado nuevo y quizás se han visto arrastrados por las circunstancias.
– ¿Debe ampliar ese 'entorno'?
– Debe ampliar la base del partido y ensancharlo. No digo que nadie sobre, pero ha habido la sensación de que no se han incorporado suficientemente todas las sensibilidades y que no se han cerrado las heridas del congreso.
– ¿Se puede tener un pie en el centro y otro en la extrema derecha?
– No. Los españoles nos han dicho en las elecciones que no quieren extremismos. No quieren un gobierno con gente de ese pensamiento. Y a Sánchez, que ha sacado un resultado ramplón, también le han dicho que no les han gustado las posiciones que ha tenido con fuerzas radicales. El mensaje de las elecciones es que los españoles no quieren extremos.
– ¿Y Casado lo ha entendido así?
– Casado lo ha entendido y está cambiando el rumbo. Nosotros tenemos que encarnar un proyecto de centro derecha, de moderación, confianza, abierto y respetuoso con nuestra Constitución. Los españoles no quieren eso de las tres derechas.
– El viernes aseguró que parte de la culpa es de Rajoy.
– Repartir culpas es absurdo. Y uno de los errores de campaña fue no reivindicar el legado de Rajoy. El que está tiene que asumir su responsabilidad y no puede echársela a los de atrás.
– ¿Es creíble entonces el giro que dio el martes al llamar 'ultraderecha' a Vox?
– La obligación del partido es hacerlo creíble. Pero eso no se logra con una afirmación un día, sino que hay que mantener constantemente un discurso, una vocación e incorporar referencias que la gente pueda identificar como de centro. Reforzar una imagen de solvencia, de gestión y más pragmática.
–¿Dará tiempo antes del día 26 a que se perciba ese cambio?
– No sólo es eso. Génova tiene que confiar más en el partido, que tiene una estructura territorial fuerte. En las municipales tenemos esa fortaleza y eso se va a corregir. Nos va a ir mejor. La campaña la tienen que hacer los alcaldes.
– ¿Ve cuestionado el liderazgo de Casado?
– No.
– ¿Y si el día 26 les va muy mal?
– Ese día me hace usted otra entrevista. Yo no hablo nunca de hipótesis. Y un partido serio no cambia su líder todos los años.
– ¿Pero pedirá la cabeza de Casado si la situación no se revierte?
– No tengo previsto pedir la cabeza de nadie.
– ¿El daño hecho al partido es irreversible?
– Si hacemos las cosas bien, podemos ganar las próximas elecciones generales.
– ¿Qué papel tiene que jugar usted en el PP nacional?
– Tengo ilusión porque, si realmente se abre una etapa para recuperar lo que somos, el nuevo discurso coincidirá con el que nos gusta y nos conviene al PP vasco.
– ¿Debe ser más influyente?
– Creo que los del PP vasco tenemos que estar más activos a nivel nacional. Tenemos que tener más presencia. No podemos resignarnos cuando se emite un discurso que no coincide con nuestros planteamientos.
– ¿Esa mayor presencia implica que Casado les escuche más?
– Sólo digo que la voz del PP vasco se tiene que escuchar y que nuestra sensibilidad tiene que estar más presente en Madrid.
– ¿Ha hablado con Núñez Feijóo?
– Sí, y piensa muy parecido a mí. O yo muy parecido a él. Estamos impulsando ese reposicionamiento del partido. No sólo nosotros, sino la mayoría de líderes. Y no se imagine ningún tipo de conspiración.
– Quien ahora está en la picota es Javier Maroto.
– Me parece injusto echarle la culpa de los resultados. Él no tiene toda la responsabilidad.
– ¿Reconoce en el actual Maroto al que trabajó con usted como concejal en Vitoria?
– Ese Maroto sigue ahí y es bueno que ahora salga. Él lo está pasando mal. Ya ha hecho una reflexión crítica sobre los errores de la campaña. Se puede haber equivocado pero le conozco y confío en él.
– ¿Queda Maroto tocado como referente del PP?
– Yo creo que Maroto es de los que más valen en ese equipo. Sinceramente.
– ¿Los pésimos resultados del PP en Euskadi son sólo responsabilidad de la mala estrategia nacional?
– Ese discurso duro nos ha castigado mucho. En el País Vasco no entra en absoluto. Aquí no hemos tenido un efecto particularmente intenso de voto a Vox, y Ciudadanos está estancado. Muchos de nuestros votantes se han quedado en casa y otros han optado por el PNV.
– ¿No entona el mea culpa?
– Eran unas generales y vamos todos en el mismo barco. A lo mejor teníamos que haber hecho más presente en el partido nuestra manera de ver las cosas, de entender la diversidad de España y defenderla, y nuestra experiencia en la lucha por la convivencia.
– Vista la tendencia a la baja de sus resultados electorales, ¿se arrepiente de algunas decisiones tomadas en los últimos años?
– Como todo en la vida... Pero estoy contento con la línea política que hemos marcado y que no hemos variado. Y creo en el liderazgo que se basa en dar confianza a la gente. No me dedico a controlar a nadie.
– ¿Está en riesgo la viabilidad del PP vasco como partido si el día 26 se pega otro batacazo?
– El que nos dé por muertos se equivoca y comete un error grave de cálculo. Aquí sigue habiendo una base social a la que todavía podemos movilizar. Ojo con el PP vasco. En Euskadi cumplimos un papel necesario y conoceremos tiempos mejores.
– ¿Pero está en peligro?
– No. Vamos a tener un buen resultado. Vamos a ganar en algunos sitios. Por ejemplo, somos la opción favorita para ganar en Vitoria.
– ¿Gobernará Pedro Sánchez cuatro años?
– Lo que tiene que hacer Sánchez es aclarar cómo piensa hacerlo. Veo una legislatura muy inestable.
– Él está decidido a gobernar.
– Sánchez ha sido capaz de aliarse con los más radicales y la gente lo percibe como un riesgo. Su resultado en las generales es malo, insuficiente y lleno de incertidumbres.
– ¿Bildu y los soberanistas catalanes apostarán por la estabilidad?
– Los nacionalistas están a la espera de ver si hay río revuelto para pescar algo. Bildu quiere debilitar el país y avanzar en el derecho de autodeterminación.
– ¿Ve al PNV con más influencia en Madrid?
– El PNV cifra su influencia en apoyar a Podemos en el Gobierno de España. ¿Para eso sirven?¿Para acompañar a Pablo Iglesias? Esa posición le pasará factura al PNV.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y PabloCasado cerraron ayer filas en un acto ante 5.000 personas en A Coruña. El dirigente gallego reclamó que el PP recupere su «espíritu ganador» tras el batacazo de las elecciones generales del pasado domingo, y reivindicó un partido «amplio» en el que no exista «un pensamiento único e intransigente». Casado, por su parte, afirmó que «hemos captado el mensaje» y que somos «conscientes de los errores».
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