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La misma semana que el PNV culminaba su proceso de renovación interno con la elección de Aitor Esteban como presidente del EBB, el Gobierno vasco ... continuaba liderando la agenda política, esta vez a través del impulso de su consejero de Salud, el doctor Martínez, y sus propuestas innovadoras. El Ejecutivo autonómico proponía reducir a tres años el MIR de Atención Primaria ante la falta de médicos. Martínez argumentaba que su departamento ha hecho ya varias propuestas al Ministerio para paliar la falta de médicos, se quejaba de la falta de respuesta de Madrid y expresaba su decepción porque ni hacen ni dejan hacer. Al mismo tiempo denunciaba la decisión del Tribunal Supremo de anular el traspaso a Euskadi de competencias en homologación de títulos universitarios extranjeros como un ataque al autogobierno y al derecho que tienen los ciudadanos a recibir atención sanitaria pública de calidad. No es habitual ver a un experto utilizar con la misma facilidad y habilidad los argumentos técnicos y los políticos.
El vacío de poder en el PNV que produjo el largo silencio voluntario del anterior presidente, Andoni Ortuzar, y el eterno proceso de selección del nuevo líder hicieron desaparecer del debate público vasco la tradicional bicefalia que se había convertido en una de las señas de identidad de la formación jeltzale. Durante los últimos meses, la identidad del principal partido de Euskadi se ha construido casi en solitario desde el Gobierno vasco bajo el impulso del lehendakari, Imanol Pradales. Y a pesar de que la mayoría de los consejeros del PNV tenían más experiencia en la gestión que en la política, y se nota, tanto el lehendakari como su consejero de Salud han situado algunos ingredientes al servicio de la mejora de la marca del partido después de casi un año en el Gobierno.
En primer lugar, han optado claramente por la identificación del partido con el cambio. No solo las propuestas del doctor Martínez están cargadas de nuevas soluciones, nuevos enfoques y ruptura clara de inercias relacionadas con la gestión, sino que el marco narrativo está orientado al futuro en todos los ejes transformadores. Cuando se acabe la legislatura se juzgará hasta dónde se ha llegado en el deseo de transformación. En segundo lugar, han reforzado la estrategia narrativa del tradicional combate al poder central como un lastre para gestionar mejor el futuro de todos. Las transferencias siempre son lentas y tendríamos mucha mejor atención sanitaria si no se entrometiera el Ministerio o el Supremo. El autogobierno se defiende por su utilidad no como un símbolo de la construcción nacional. Y en tercer lugar, ha impulsado la agenda más intervencionista de su socio de gobierno, el PSE, en temas claves para la ciudadanía como la vivienda o la reforma fiscal.
Creo que el principal reto que tiene Aitor Esteban como presidente del PNV es decidir la intensidad de su presencia en el debate público más que la definición del posicionamiento del partido en la agenda vasca. Su experiencia política y conocimiento seguramente le ayudarán a contribuir al equilibrio que más convenga al interés electoral de su partido. El contexto actual puede recomendar una bicefalia asimétrica en la que el presidente del EBB sea mucho más pequeño que el lehendakari. Mientras no haya elecciones a la vista y el viento siga soplando a favor de la imagen que transmite el Gobierno vasco podría ser mejor para la recuperación de la marca.
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