Los dos planetas de las elecciones vascas

Planeta 2. Si miramos solo al grupo formado por los mayores de 65 años nos encontramos también con un patrón constante en las elecciones de la última década desde que EH Bildu irrumpió en escena. En los comicios de 2012, el PNV fue el primer partido con 26 puntos de distancia sobre la izquierda abertzale entre los mayores de 65 años. En las elecciones vascas de 2016 la distancia se amplió a los 30 puntos. En las de la pandemia de 2020 la distancia bajó a los 20 puntos. Para las del próximo 21 de abril los datos pronostican una nueva victoria del PNV entre los más mayores de la sociedad con una ventaja de 15 puntos sobre EH Bildu.

Las encuestas postelectorales de las elecciones vascas de 2012, 2016 y 2020 y la preelectoral de 2024 nos dibujan el mismo patrón de voto relacionado con la edad. El PNV nunca ganó entre los más jóvenes y siempre lo hizo y concentró más voto entre los mayores de 65 años. Los habitantes del planeta 2, los que superan esa edad, son casi el doble que los del planeta 1, el de los menores de 30 años, y esa desproporción va creciendo año a año. Al PSE y al Partido Popular les va mejor electoralmente en el planeta 2 y a Elkarrekin Podemos en el planeta 1. Por otro lado, el efecto de la abstención en ambos casos también es asimétrico y con un patrón cristalizado. Los más jóvenes siempre votan significativamente menos que los mayores de 65 años. En las elecciones de 2012, la abstención fue 27 puntos mayor entre los jóvenes de 18 a 25.

El grupo de edad entre 26 y 34 años participó 9 puntos menos que los mayores de 65 años. En las elecciones vascas de 2016 los menores de 25 años participaron 17 puntos menos y los que tenían entre 26 y 34, 6 puntos menos que los mayores de 65 años. En las últimas elecciones vascas de 2020, la distancia entre los dos planetas se acortó a 6 puntos en la franja de edad de 18 a 25 y a tan solo 2 puntos entre los 26 y los 35. Las encuestas nos vuelven a anunciar una movilización asimétrica en beneficio de los habitantes de planeta 2. A la vista de los datos, quizás tendría más sentido la necesidad de construir un pacto intergeneracional que un pacto soberanista o de izquierdas para representar mejor los intereses tan distintos que hay en el planeta 1 y en el planeta 2.