Eba Blanco, entre Iñigo Iturrate y Bakartxo Tejeria, en el Parlamento vasco. Igor Aizpuru

Eba Blanco es proclamada líder de EA pero los críticos no la reconocen

El sector líderado por Maiorga Ramírez considera que su designación es «nula»

david guadilla

Bilbao

Lunes, 28 de octubre 2019, 12:25

Eba Blanco ha sido elegida esta mañana nueva secretaria general de Eusko Alkartasuna con el rechazo frontal del sector crítico, que no reconoce su nombramiento. La decisión adoptada con el apoyo de la corriente oficial no cierra la crisis abierta en la histórica formación ... ahora integrada en EH Bildu y en la que viven dos corrientes que no ocultan su animadversión.

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La actual vicepresidenta del Parlamento vasco ha sido la única candidata que, en principio, había reunido los avales suficientes para suceder a Pello Urizar, que dimitió el pasado mes de junio sin ser capaz de resolver las diferencias internas que llevan minando el partido desde hace años. En sus primera declaraciones tras ser elegida, Blanco (Amurrio, 1973) se ha mostrado convencida esta mañana de que su objetivo será «cohesionar el partido».

No será fácil. Básicamente, porque el sector oficial no reconoce su nombramiento. El candidato alternativo, Maiorga Ramírez, fue descolgado del proceso de primarias al no reunir los avales necesarios. Pero se trata de una decisión que los críticos no admiten al ser tomada por la Comisión de Organización Electoral, un órgano que a su juicio está en manos de la dirección de EA y, por tanto, no sería imparcial.

De hecho, nada más hacerse público el nombramiento de Blanco, la candidatura de Ramírez ha emitido una nota en la que insiste en que su «proclamación es nula» y recalca que todo depende de lo que decida la Comisión de Garantías, una especie de tribunal interno que debe resolver sobre los recursos presentados por los críticos. La cuestión es que los que no reconocen en este caso la objetividad de dicha comisión es el sector oficial, que considera que se trata de un órgano que está en manos de los de Ramírez. Así está Eusko Alkartasuna.

El futuro se antoja complicado. Para empezar, en los próximo días las dos corrientes se verán las caras en los juzgados de Vitoria para resolver una denuncia de los críticos sobre los problemas que tuvieron para acceder al censo de afiliados. El escenario más probable es que las dos partes acaben enfrentadas por el legado y las siglas del partido.

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El origen del conflicto está en qué papel debe jugar EA dentro de EH Bildu. Blanco apoya a quienes defienden la estrategia puesta en marcha por la coalición soberanista hace ya dos años para convertirse en un sujeto político propio, con una dirección más o menos autónoma y sus propios afiliados. Los partidos -Sortu, EA y Alternatiba- mantendrían su papel pero más diluido. Los de Ramírez, sin embargo, consideran que este diseño pone en riesgo la propia existencia de EA.

Las fuerzas están bastante equilibradas internamente. Al menos, aparentemente. El sector oficial cuenta con el respaldo de las direcciones de Bizkaia e Iparralde, mientras que los críticos cuentan con Álava, Gipuzkoa y Navarra. Además, tienen un apoyo simbólico: el de Carlos Garaioketxea.

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