Ocurrió el 30 de enero de 2020. La ponencia de Autogobierno del Parlamento vasco, constituida la pasada legislatura para buscar un acuerdo sobre la reforma del Estatuto, llegó a punto muerto. Tras el acuerdo de mínimos alcanzado por los expertos designados por PNV, Elkarrekin Podemos ... y PSE-EE, el proceso se adentró en un terreno incierto que el parón electoral, primero, y el inesperado estallido de la pandemia, después, terminaron por enterrar. Desde entonces, y pese a algún amago, no se ha retomado un debate en el que resulta difícil conciliar las posturas de partidos políticos tan dispares como los que componen la Cámara autonómica.
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Ahora, tres años después de la última reunión de aquel órgano y en plena precampaña electoral, EH Bildu ha desempolvado el término 'nuevo estatus' y está decidido a resucitar el debate para intentar retratar al PNV, con quien firmó en 2018 unas bases que acabaron superadas por el entendimiento de jeltzales, morados y socialistas. La coalición soberanista registró el pasado viernes una proposición no de ley con la que pretende que el Parlamento vasco muestre su apoyo a «un proceso de debate y determinación de un nuevo estatus jurídico-político» que actualice el modelo en vigor, sujeto al Estatuto de Gernika de 1979.
La moción –firmada por el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez– se apoya en la comparecencia que miembros de Gure Esku protagonizaron hace un mes en la Cámara y en la que instaron a los grupos a impulsar el derecho de autodeterminación. El texto de EH Bildu emplaza a los parlamentarios a declarar que «el Pueblo Vasco tiene derecho a decidir su futuro en virtud del derecho de autodeterminación de los pueblos internacionalmente reconocido». También busca que el Legislativo de Vitoria afirme que «concibe la voluntad popular libremente expresada como el único límite de las decisiones políticas y proclama que el respeto y la protección de todas las sensibilidades e ideas políticas son los ejes de la convivencia democrática».
El PSE pondrá «pie en pared»
La iniciativa, que deberá pasar ahora el filtro de la Mesa antes de abrirse el plazo de enmiendas, añade presión a un PNV que viene postergando la cuestión al menos hasta 2024. Tras congelarlo en plena emergencia sanitaria para centrarse en la reactivación económica, Sabin Etxea contempla «una ventana de oportunidad» en la próxima legislatura a nivel nacional. En cambio, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha manifestado en varias ocasiones a lo largo de su tercer mandato su deseo de que el Parlamento afronte ya esta tarea.
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El nuevo estatus es un asunto que suele poner a prueba la coalición política hegemónica en Euskadi, integrada por PNV y PSE-EE. En su pacto de gobierno en 2020, como en 2016, acordaron sacar este tema de la acción del Ejecutivo y dejarlo en manos de sus respectivos grupos parlamentarios, que tienen carta blanca para defender sus posiciones. Por lo pronto, Eneko Andueza advertía este domingo en 'El Diario Vasco' de que los socialistas pondrán «pie en pared» si PNV y EH Bildu reactivan un «frente de presión soberanista» en los próximos meses.
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