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Apenas veinticuatro horas después de que el PNV acentuara su mensaje más posibilista en la espinosa cuestión de la reforma del Estatuto de Gernika, Arnaldo Otegi se aprestó a marcar el camino que, en su opinión, deberían seguir los jeltzales. Para el líder ... de EH Bildu, sería deseable que la «derecha» y la «izquierda nacional vasca» –es decir, los peneuvistas y su partido– pudieran pese a sus diferencias ideológicas abordar juntos «políticas de Estado» que permitan «recuperar la soberanía nacional» de Euskadi. Si el PNV, que acordó antes del verano con la coalición abertzale unas bases netamente soberanistas en el seno de la ponencia de Autogobierno, se mantiene fiel a esa «hoja de ruta», EH Bildu estaría dispuesta a corresponder con su apoyo a los Presupuestos de Iñigo Urkullu o incluso a colaborar en la estabilidad de su Gabinete y entrar en él. Ya lo hicieron con Ibarretxe, recordó, y en la actualidad gobiernan juntos en Navarra.
Así lo aseguró Otegi en una entrevista en 'Radio Euskadi' en la que incrementó la presión sobre el PNV para forzarle a elegir entre la izquierda abertzale y sus socios del PSE, que, según dijo, jamás aceptarán ni el derecho a decidir ni la pretensión nacionalista de gestionar una Seguridad Social propia. «Para ese viaje no hacían falta alforjas», señaló Otegi, que se mostró dispuesto a «ensanchar» el consenso alcanzado con los jeltzales, pero sin conceder a los partidos no nacionalistas derecho de «veto». La izquierda abertzale «no estará», avisó, en ningún acuerdo que no reconozca a Euskadi como nación, así como el derecho de autodeterminación y la potestad para gestionar un sistema propio de protección pública.
La advertencia del coordinador general de EH Bildu llegó apenas un día después de que Aitor Esteban dejara claro que la prioridad del PNV es forjar un pacto en Euskadi «lo más plural posible» al que después no se le puedan «poner pegas en Madrid» y evitar un portazo como el que se llevó Ibarretxe en las Cortes Generales. Los jeltzales prosiguen así con el reajuste de su discurso y culminan el viraje que ya comenzaron antes del parón de agosto, cuando trasladaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su intención de impulsar un acuerdo transversal y su rechazo a seguir adelante el viaje a ninguna parte que supondría acordar el nuevo estatus solo con EH Bildu.
Y la izquierda abertzale, con la precampaña de las municipales y forales de mayo ya prácticamente en marcha y en puertas de que el independentismo catalán vuelva a inflamar los ánimos coincidiendo con la Diada y el aniversario del 1-O, se vuelca en dejar en evidencia a Sabin Etxea para tratar de arañar votos en el flanco soberanista. Otegi recalcó, de hecho, que las bases acordadas con el PNV en la ponencia son «de mínimos» y no recogen posiciones independentistas, después de que Esteban explicara que, si por él fuera, declararía la independencia «mañana por la mañana», aunque es consciente de la necesidad de acomodarse al contexto social.
Es de esperar que hoy mismo, en el primer consejo de gobierno tras el verano, y en el pleno de política general del próximo día 20 de septiembre, el lehendakari Iñigo Urkullu profundice en esa idea para insistir en la necesidad de que la reforma del Estatuto se ajuste a los cauces legales. Fuentes gubernamentales dejan claro que el proyecto de Cuentas públicas que se envíe al Parlamento para tratar de acordarlo con alguno de los grupos de la oposición –una negociación que, admiten, se anuncia «más complicada» que nunca– será «el de PNV y PSE».
El acuerdo de coalición, advierten, es más sólido que nunca, con vocación de durar toda la legislatura y, por lo tanto, no es negociable a cambio del respaldo presupuestario de la izquierda abertzale, que, en su opinión, estaría intentando abrir una brecha entre los socios al instar machaconamente al PNV a que no renuncie al «histórico» acuerdo entre abertzales en materia de autogobierno. El discurso que Otegi hizo este lunes deja claro que no tiene ninguna intención de levantar el pie del acelerador, sino que seguirá presionando para que la «mayoría» favorable al derecho a decidir se organice. Es más, apeló también a Podemos, quien, según su criterio, carece de «argumentos sólidos» para quedarse fuera del acuerdo. Incluso, recordó que en Cataluña los morados propusieron una república de corte confederal, una posibilidad que podría «trabajarse» también en Euskadi.
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