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EH Bildu está convencida de que su apuesta por aparecer como una alternativa pragmática y por reforzar su perfil de izquierdas durante los últimos años le permitirá lograr fuera de Euskadi y Navarra unos cuantos miles de votos en las europeas del 9-J. El ... objetivo es que la coalición Ahora Repúblicas, bajo la que concurre junto a ERC y BNG, compense el previsible desgaste que se espera de los republicanos en Cataluña y así retener el tercer escaño alcanzado en 2019.
La escenificación de esa estrategia se vio hace unos días en Madrid. La alianza de las diferentes fuerzas soberanistas ofreció una conferencia en la que estuvieron presentes la cabeza de lista Diana Riba, de ERC, junto a Oriol Junqueras, el diputado del BNG Néstor Rego; y Mercé Chumillas, de Ara Més, la cuarta formación que integra Ahora Repúblicas.
EH Bildu no estuvo representada por Pernando Barrena, 'número dos' de la candidatura -que en ese momento intervenía en Alsasua-, sino por Oskar Matute, quien ha sido su principal voz en Madrid durante los últimos años a la hora de defender sus políticas sociales. Con un discurso centrado en la lucha contra la «ultraderecha» y el apoyo «a las clases populares», Matute se ha convertido en un rostro reconocido que, según EH Bildu, puede ayudar a atraer votos de personas que, en general, no se plantearían apoyar a la coalición soberanista.
Y es Matute el que está recordando a sus potenciales votantes que «ahora sí», que el 9-J se puede votar a Bildu desde «cualquier lugar» porque «las papeletas de Ahora Repúblicas estarán disponibles en todo el Estado español». El llamamiento va más allá de una cuestión simbólica, porque en la coalición soberanista creen que hay una oportunidad para pescar en un caladero hasta el momento poco explorado y aparecer como el único capaz de «frenar a la ultraderecha» y a las «élites económicas».
La cuestión es hasta dónde puede rascar EH Bildu. Hace cinco años, Ahora Repúblicas -cuya composición era similar a la actual- logró 1.252.000 votos, en una elecciones con una alta participación al coincidir con las municipales y las autonómicas que se desarrollaban en varias comunidades. Fue la sexta lista más votada. La mayoría de las papeletas se consiguieron en Cataluña, Galicia, Euskadi, Navarra y Baleares. Apenas 33.000 se obtuvieron en el resto de comunidades.
Pero en EH Bildu consideran que la situación ha cambiado de forma significativa por varias cuestiones. La primera, porque en estos últimos cinco años es cuando se ha visibilizado el giro estratégico de la coalición. Lo que en 2019 seguían siendo unas siglas muy vinculadas a la izquierda abertzale, con todo lo que ello supone, ahora es uno de los principales socios de Pedro Sánchez. Una formación que se ha vanagloriado de lograr beneficios sociales no solo para los vascos, sino para el conjunto de «los trabajadores» de España, en cuestiones como las pensiones, los salarios o incluso las plazas MIR.
Además, creen que la crisis que vive la izquierda federal y el desgaste que sufren Podemos y Sumar también puede jugar a su favor. No se espera, en todo caso, un aluvión de votos, pero sí que sea una cifra lo suficientemente destacada para retener el tercer escaño logrado en 2019 por Ahora Repúblicas y que, según las encuestas, podría estar en peligro.
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