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Que el PNV y EH Bildu siguen mal avenidos es casi una obviedad. Ya sea por 'a' o por 'b', raro es el día que ambas formaciones no andan a la gresca. Y esta semana no iba a ser una excepción, menos aún con ... el Aberri Eguna a la vuelta de la esquina. ¿Cuál ha sido esta vez la chispa que ha hecho prender la mecha? La absorción de Euskaltel por Más Móvil. Si bien los jeltzales, e incluso el Gobierno vasco que comparten con el PSE, tuvieron buenas palabras para la operación, la coalición abertzale elevó ayer sus críticas hacia la misma al considerar que supone «un expolio» fruto de un «proceso de privatización», marca de Sabin Etxea.
La pugna entre los partidos nacionalistas vascos se ha recrudecido en los últimos años. A la batalla, nada soterrada, que mantienen por evidenciar quién tiene más influencia en Madrid -la aprobación de los Presupuestos de Pedro Sánchez supuso un punto de inflexión-, se suma otra más importante, la que se libra en casa. Manida está ya la frase que utilizan tanto el lehendakari, Iñigo Urkullu, como el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, al referirse a EH Bildu: «Kalean uso, etxean otso». O lo que vendría a ser lo mismo: en Madrid dialogantes y en Euskadi, todo lo contrario. La coalición abertzale, que este año cumple diez años, se presenta como la única alternativa a la formación jeltzale para ostentar la makila en el País Vasco. Ese será, en gran medida, el 'leitmotiv' del congreso en el que soplarán las velas. Pero para eso, hace falta marcar distancias.
A lo largo del mes de marzo, no es necesario irse más allá, el PNV y EH Bildu han protagonizado varios encontronazos. Cuando no fue por la Ertzaintza -las palabras de Arnaldo Otegi afirmando que gran parte de la población «rechaza» a la Policía autonómica no tardaron en encontrar respuesta en el vicelehendakari Josu Erkoreka-, lo fue por el proceso de vacunación. Y ahí las críticas de la izquierda abertzale se toparon con el lehendakari. Ni hablar ya de los fondos europeos de recuperación o de la incapacidad de la coalición soberanista de rechazar en el seno de Eudel la celebración de homenajes públicos a expresos de ETA. No hay tregua.
Este fin de semana se celebra el Aberri Eguna, Día de la Patria vasca. Palabras mayores. Y el PNV y EH Bildu, como era de esperar, se enfrentan a cara de perro. La OPA de MásMóvil a Euskaltel ha llevado a la coalición abertzale a elevar varios decibelios sus reproches a la formación jeltzale y al Gobierno vasco. El lunes Otegi censuró la gestión del PNV desde que en 2012, junto a PSE y PP, autorizara la venta de una parte de la red de telecomunicaciones del Ejecutivo autónomo a Euskaltel, hasta su salida a Bolsa en 2015. Ayer, su portavoz parlamentaria, Maddalen Iriarte, fue incluso más allá al tildarla de «un expolio en toda regla fruto de un proceso de privatización que se ha desarrollado con el impulso y la complicidad del PNV». La coalición soberanista incluso ha amagado con exigir «responsabilidades políticas». El Aberri Eguna llama a la puerta.
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