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Octavio Igea y david guadilla
Jueves, 28 de noviembre 2019
Algo se ha movido dentro del PNV. Ayer volvió a reivindicar el derecho a decidir -uno de sus grandes 'leitmotivs'-, pero lo hizo con el discurso más moderado que se le recuerda en el Parlamento vasco durante los últimos años. Un alegato más propio del ... lehendakari Urkullu que de su autor, Joseba Egibar, uno de los iconos del nacionalismo más rupturista. En plena tormenta territorial, los jeltzales pactaron con EH Bildu una iniciativa que defiende la celebración de un referéndum de autodeterminación, apuesta por una nueva relación «de igualdad» con el Estado e incluso aboga por el acercamiento de los presos de ETA. La proposición no es nueva -ambas formaciones aprobaron una idéntica el pasado abril-, pero hay un matiz considerable. Y es que Egibar marcó distancias con la izquierda abertzale al rechazar la vía unilateral y apostar por la celebración de una consulta «pactada» con el Estado.
El debate celebrado en el pleno del Parlamento llegaba absolutamente mediatizado por la escalada de tensión que registra la política nacional a cuenta de los acercamientos que Pedro Sánchez y el PSOE están haciendo a ERC (en Cataluña) y EH Bildu (en Navarra) para allanar su investidura. También por el convulso compás de espera que están protagonizando los partidos vascos desde hace dos semanas. El lunes llega a la Cámara el borrador de la reforma del Estatuto que han redactado los expertos designados por los partidos, y aunque hay sintonía en los capítulos sociales, las divergencias en los conceptos identitarios son muy considerables. Prácticamente insalvables. Hay un tira y afloja, y la izquierda abertzale viene acusando desde hace días al PNV de que quiere diluir el derecho a decidir para sumar el apoyo de los socialistas y Podemos.
Este es el contexto en el que el PSE planteó ayer una iniciativa para poner en valor la Carta de Gernika y reclamar que su actualización se desarrolle por cauces «viables y legales». Pero lo que acabó aprobándose fue el texto alternativo presentado conjuntamente por PNV y EH Bildu. Se posicionaron en contra los socialistas, PP y nueve de los diez parlamentarios de Elkarrekin Podemos presentes en el hemiciclo. Pili Zabala, candidata a lehendakari de la coalición en 2016 pero fuera ya de la estructura de mando, rompió la disciplina de voto y apoyó la moción.
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Pese a que se esperaba un debate más bronco entre constitucionalistas y nacionalistas, no lo fue. Y si puede destacarse alguna desavenencia fue la que evidenciaron PNV y EH Bildu pese a sacar adelante su enmienda. El encontronazo en torno a la reforma del Estatuto ha abierto una herida que sigue sin cicatrizar. La coalición soberanista defendió sin fisuras la capacidad de Euskadi de decidir su futuro e intentó presionar a los jeltzales para que impulsen su vía soberanista. «Debe decidir qué quieren hacer», emplazó Maddalen Iriarte. «Si quieren avanzar hacia un Estado vasco o la subordinación», requirió.
Iriarte también intentó buscar las contradicciones entre el mensaje de Egibar y el de Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu, quienes durante los últimos meses han apostado por «ensanchar» los acuerdos estatutarios. Y no fue la única, José Antonio Pastor (PSE) y Lander Martínez (Podemos) recordaron que el PNV ha firmado durante el último mes mociones conjuntas con el partido de los círculos a favor del Estatuto en ayuntamientos como los de Bilbao, Vitoria y Barakaldo. Textos con mucha menor carga soberanista y en los que ni siquiera se alude al derecho a decidir.
El debate
Egibar tomó el guante de EH Bildu. Reivindicó que Euskadi y España son «dos naciones que deben coexistir desde el respeto» y apeló al «anclaje» de los derechos históricos para reivindicar el derecho a decidir del pueblo vasco. También insistió en la teoría abertzale de que el principio de legalidad -el ordenamiento jurídico vigente- no puede estar «por encima» del principio democrático -dejar que sea la ciudadanía quien tenga la última palabra-. La sorpresa fue que a partir de ahí, el presidente del PNV guipuzcoano apostó por un discurso inusualmente moderado, más propio del ala posibilista del Partido Nacionalista que tiene como principal referente al lehendakari.
En esa senda, Egibar renegó de cualquier ruptura unilateral con el Estado para dejar claro que ese derecho a decidir tiene que ser «pactado». También asumió otra tesis que viene reivindicando Urkullu desde hace meses: la de que las bases para la reforma del Estatuto pactadas por los jeltzales y EH Bildu -el documento con el que han trabajado los expertos- deben «ensancharse» para que el pacto sume a otras formaciones. Solo así la reforma de la Carta de Gernika podría ser aprobada por el Congreso, requisito 'sine qua non' para que pueda entrar en vigor.
Una transversalidad que pasa por que las fuerzas soberanistas maticen sus postulados y aparquen el derecho a decidir. A las puertas de que el borrador elaborado por los juristas llegue a la Cámara de Vitoria el próximo lunes, el portavoz parlamentario del PNV no fue tan lejos, pero deslizó que las tesis maximalistas que ha manejado su grupo hasta ahora -y en las que se mantiene EH Bildu- son inviables si se aspira a actualizar la Carta de Gernika. «Hay que pactar unos mínimos con otros», advirtió a Iriarte, a quien recordó que «tenemos mayoría pero hay otros partidos».
Pili Zabala, candidata a lehendakari de Elkarrekin Podemos en las últimas elecciones, rompió ayer la disciplina de voto para apoyar la iniciativa presentada por PNV y EH Bildu a favor del derecho a decidir en el pleno del Parlamento pese a que la coalición a la que representa optó por abstenerse. Zabala se mantiene desde hace más de un año en un discretísimo segundo plano, ajena al día a día en la Cámara y a la rutina de su coalición. En agosto del año pasado anunció que al finalizar la legislatura abandonará una vida política en la que considera que no ha encajado.
Portavoces de Elkarrekin Podemos en el Legislativo matizaron tras el pleno celebrado ayer que Pili Zabala había pedido a los responsables del grupo parlamentario de la coalición «libertad de voto» para poder posicionarse a favor de la enmienda de los partidos abertzales.
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