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El pasado lunes la Diputación de Bizkaia anunció un pacto con EH Bildu en torno a los Presupuestos pese a que PNV y PSE no necesitaban apoyos externos para aprobarlos. «Hemos dado ejemplo. Todos», se felicita Iker Casanova.
- ¿La clave del pacto presupuestario ha ... sido que PNV y EH Bildu piensan más parecido que nunca o que ha habido más voluntad?
- Ha existido más voluntad, todos hemos entendido que era más beneficioso llegar a un acuerdo que no llegar. Bildu decidió hace tiempo modularse y pasar de una oposición frontal a una abstención en Bizkaia y en el resto de territorios. Que el principal grupo de la oposición haga eso tiene un valor político que la Diputación ha sabido entender.
- ¿Gana más la Diputación convenciéndoles por 33 millones en tres años o ustedes metiendo cuchara en unas Cuentas para cuya aprobación no eran necesarios?
- Es fundamental que todos quedemos con la sensación de haber ganado porque si alguien se siente engañado puede ser un problema a futuro. Desde luego Bildu incrementa su influencia con medidas estratégicas.
- ¿Y el PNV qué cree que gana si no les necesitaba?
- La imagen de diálogo. También es la constatación de que aunque no estén obligados a negociar en términos matemáticos, políticamente cada vez es más difícil hacer cosas sin nosotros en este país.
- Hace un mes dijo usted que las Cuentas de Bizkaia eran «malas» y que «no se arreglaban con enmiendas». ¿Qué ha cambiado?
- El Presupuesto sigue siendo malo, por eso no votamos a favor. No es lo mismo construirte una casa que hacerle solo mejoras, y eso es lo que hemos intentado. Subrayar carencias sobre vivienda, transporte cuidados o desarrollo local e intentar subsanarlas.
- Facilitan unas Cuentas en las que también se dedica dinero a dos proyectos a los que ustedes se oponen: el Guggenheim de Urdaibai y el subfluvial. ¿Cómo se sostiene ahora ese rechazo?
- Esto ya nos ha pasado con los Presupuestos Generales del Estado, donde hay partidas que rechazamos frontalmente. Yo creo que la sociedad tiene la madurez suficiente y valora nuestro pragmatismo. En un acuerdo hay que hacer concesiones, pero tenemos las manos perfectamente libres para ser críticos y ejercer una oposición alternativa.
- ¿Es más importante el contenido del pacto o el movimiento estratégico que supone un acuerdo de este calado?
- Todo, pero tiene mucho valor demostrar a la sociedad que los representantes políticos dialogamos y tenemos una confrontación civilizada para defender los intereses de la ciudadanía. Hemos detectado que además de grandes debates ideológicos la gente quiere resultados a corto plazo.
- Si esto va, como dice, de mejorar la vida de la gente, ¿por qué EH Bildu no se ha abierto a este tipo de pactos antes?
- No había receptividad en la otra parte...
- La EH Bildu de 2024 no es la misma que la de hace unos años.
- Estamos en un nuevo contexto. A veces en política uno tiende a decir que nunca ha cambiado nada y que sigue defendiendo lo mismo que hace no sé cuantos años, pero no creo que eso sea un valor.
- ¿A qué le da valor entonces?
- Me parece fundamental mantener los principios pero adaptar la táctica política a una realidad que es dinámica y en la que van surgiendo oportunidades. EH Bildu se crea en 2011 como alternativa al PNV, así que la primera estrategia es confrontar. Luego te asientas, conoces las instituciones y te das cuenta de que la gente ahora está quemada y no tolera frivolidades políticas lejanas a sus necesidades.
- ¿El rendimiento electoral que le están sacando a sus acuerdos en Madrid les ha cambiado el modo de enfocar las relaciones con los partidos en Euskadi?
- Tenemos la misma actitud abierta para el diálogo en todos lados. Cuando nos reprochaban la falta de acuerdos ya decíamos que en Madrid teníamos una receptividad que aquí no existía. Si hay una nueva lectura o nuevos modos en el PNV no es cosa nuestra.
- Si la apuesta por pisar moqueta en Moncloa y el Congreso no hubiera obtenido el respaldo del electorado EH Bildu no estaría donde está ahora, ¿no?
- La acción política y los resultados logrados en Madrid han sido muy pedagógicos. Para nosotros y para la gente. Queremos gobernar, pero también empieza a percibirse que si EH Bildu está en los acuerdos mejoran las condiciones laborales, el escudo social...
- ¿Si los votantes siguen apoyando la nueva estrategia de Bildu dan por amortizada la mochila de la violencia que les sigue lastrando?
- Consideramos que la gran mayoría de la ciudadanía sitúa el debate político en unos términos modernos y contemporáneos que miran al futuro. Eso no significa que no tengamos aún responsabilidades y líneas de trabajo en lo que respecta a la reparación de lo que ha sucedido en este país.
- ¿Habla de deslegitimar la violencia tal y como les piden que hagan por ejemplo el PSE para pensar en pactos?
- Hablo de atender la situación de las víctimas, la situación de los presos... hay problemas que a pesar de que la etapa de violencia haya terminado siguen vigentes porque hay cosas que no prescriben.
- ¿En qué sentido?
- No tanto por el peso y la repercusión electoral sino por la responsabilidad moral que tenemos.
«Tenemos las manos libres para ser críticos y la oposición alternativa pese a los pactos»
«La acción y los resultados en Madrid están siendo muy pedagógicos para todos»
«No es un secreto que desde hace años el eje de la política vasca es la economía»
- Andoni Ortuzar ha dicho en alguna ocasión que la nueva estrategia de EH Bildu es «fingir que es el PNV» con perfil central y conseguidor.
- El PNV no es el único partido del mundo que tiene esas capacidades. Somos muy conscientes de que hay que mirarles y tomarles como referencia, a veces positiva y a veces negativa, pero nuestro modelo no se basa en la copia sino en una forma de hacer política diferente y, si se me permite, mejor.
- También se habló de su «podemización». ¿Ensanchar el electorado requiere todo esto?
- Trabajamos en un proyecto político que quiere ser hegemónico en este país y eso significa que aspiramos a que nuestras propuestas ideológicas sean compartidas por una mayoría de la sociedad para traducirlo en votos. Eso requiere atraer a un electorado plural, siempre desde los postulados de la izquierda y el soberanismo.
- Pactos presupuestarios en Bizkaia y Álava y desacuerdo en Gipuzkoa y en el Parlamento vasco. ¿En qué más están dispuestos a alcanzar acuerdos con los gobiernos de PNV y PSE?
- Estamos dispuestos a explorar grandes acuerdos de país en esos ámbitos que vertebran la sociedad y creemos que deben ser repensados. Ya lo hicimos con el modelo educativo y otro podría ser el industrial. En este mundo cambiante los centros de gravedad económicos están cambiando y eso puede poner en apuros a unos sociedad como la nuestra.
- El siguiente debate será el de la reforma fiscal.
- Somos muy escépticos. Nos gustaría incidir pero el planteamiento de salida se ha rebajado a una revisión.
- ¿Pensar en una coalición PNV-EH Bildu es una quimera?
- A día de hoy estamos muy lejos de esa hipótesis. Deberían darse unas circunstancias muy concretas que en otros escenarios han generado gobiernos de salvación o concentración.
- Da por buena la concurrencia con acuerdos puntuales.
- Me parece bueno para el país que existan modelos distintos y diferenciados porque si no al final da la sensación de que no hay alternativa. En Alemania las grandes coaliciones han generado grandes crisis porque si fallan, fallan las dos formaciones y la gente se queda un poco huérfana de referentes. Es bueno tener dos modelos que no choquen de forma frontal e irreconciliable.
- ¿Pesa más lo que les diferencia que la aspiración independentista que les une?
- No es ningún secreto que desde la crisis de 2008 el eje vertebrador de la política vasca y del resto de latitudes es la cuestión económica. Pero eso no es obstáculo para lo otro, este país solo va a lograr mayores cotas de soberanía si hay unidad interna.
- ¿A qué atribuye que en el momento en el que las formaciones soberanistas suman más representación en el Parlamento la pulsión social esté bajo mínimos?
- Existe la preponderancia de las cuestiones socioeconómicas por su impacto en la vida de las personas, eso hay que aceptarlo así, pero que no haya excitación a corto plazo no me hace pensar en un retroceso de la reivindicación. Si se dieran las circunstancias adecuadas, sin una disminución del nivel de bienestar, sin traumas ni confrontaciones políticas para lograr la independencia la mayoría de este país apostaría por ello. Incluso en los espacios que no son tradicionalmente soberanistas.
- ¿Por qué?
- Creo que hay gente que se identifica como española a la que le está aumentando la percepción de frontera y la lejanía de la realidad estatal por cuestiones políticas, económicas y sociales. Influye el modelo político sosegado del que hablábamos antes, el auge de la extrema derecha que aquí no existe...
- ¿Sugiere que PSOE, PP y Vox están alentando el independentismo con su actitud?
- A medio o largo plazo van a reforzar el independentismo.
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