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La alta velocidad vasca empieza a vislumbrar la luz al final del túnel. El tramo Vitoria-Burgos, el último del nuevo recorrido ferroviario que unirá Bilbao y Madrid, comenzará a ejecutarse en 2019 y estará finalizado, si no hay demoras extraordinarias, a lo largo del ... siguiente lustro. Es el cálculo con el que trabaja el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que ayer presentó en la capital castellana el proyecto del enlace. A falta del visto bueno de Medio Ambiente y de concretar, metro arriba o abajo, por dónde discurrirán definitivamente las vías, De la Serna garantizó que las labores, que han estado años paralizadas, no tienen ya marcha atrás.
La conexión del Tren de Alta Velocidad (TAV) entre Castilla y León y Euskadi tendrá 93 kilómetros. Se habían realizado dos proyectos previos durante la última década que han decidido desecharse para empezar nuevamente de cero en busca de un trazado más rápido y, a la vez, más barato. Y parece que es posible. Si no hay vuelcos, el coste de la solución final rondará los 1.200 millones de euros (sin IVA) y, una vez esté ejecutada la ‘Y’ vasca, enlazará Madrid y Vitoria en 2 horas y 5 minutos y llegará a Bilbao en 2 horas y 33 minutos.
Tras barajar dos alternativas diferentes, los técnicos de Fomento han decidido que el AVE saldrá de Burgos por el norte de la capital a campo abierto -lo que reduce la necesidad de ejecutar viaductos pero obliga a alargar ligeramente el trazado-. Superado Ameyugo y los montes Obarenes, el punto crítico llegará a la altura de Pancorbo, donde solo se decidirá la ruta final cuando el Ministerio de Medio Ambiente decrete cuál de las seis opciones que se barajan es menos agresiva para una zona de protección especial. Una variante evitará que el tren pase posteriormente por Miranda, aunque se garantiza que algunos servicios pararán en la ciudad.
El problema no es, en todo caso, el de los trenes de pasajeros, que alcanzarán en momentos puntuales velocidades máximas de 350 kilómetros por hora, sino los mercancías. Se daba por hecho el llamado ‘uso mixto’ de la conexión Burgos-Vitoria, pero Fomento lo ha descartado. ¿La razón? Las pendientes de todo el tramo rondan las 30 milésimas de inclinación, el doble de lo que puede asumir un mercancías.
Además de servir para presentar oficialmente a las autoridades vascas el enlace Burgos-Vitoria, la reunión que mantendrán el próximo 9 de enero en Vitoria el ministro de Fomento y la consejera vasca de Infraestructuras servirá para que Íñigo de la Serna anuncie la alternativa elegida por su equipo para conectar la ‘Y’ vasca con Pamplona, otra obra que acumula un retraso descomunal. Su objetivo es crear un nuevo corredor ferroviario desde Euskadi hacia Barcelona y el Levante. Las dos opciones que se barajan son que el TAV avance hacia la capital navarra desde Vitoria o desde el municipio guipuzcoano de Ezkio.
«Es una pendiente demasiado importante», explicó ayer el ministro De la Serna, «que hace imposible el paso de trenes grandes». Los mercancías llegan a contar con una longitud de 750 metros y remolcarlos, especialmente por Pancorbo, requeriría el uso de dos «o tres» locomotoras, disparando su coste. La solución que presenta Fomento es apelar a la actual línea ferroviaria Madrid-Bilbao. Se plantea adaptarla para las características -ancho internacional- de los trenes de mercancías que lleguen desde la ‘Y’ vasca y aprovechar que su tráfico se va a reducir ostensiblemente con la entrada en servicio de la alta velocidad.
De la Serna tiene previsto reunirse con la consejera vasca de Infraestructuras, Arantxa Tapia, el próximo 9 de enero en Vitoria para hacer una presentación oficial del proyecto Burgos-Vitoria. A la espera de ese encuentro, fuentes de Lakua aseguraron ayer que el trazado elegido «no es el óptimo» porque consideran que podría haberse utilizado la red AVE para las mercancías. En todo caso se dan por satisfechos ya que la ‘Y’ vasca sí tendrá ‘uso mixto’ en su conexión con Europa.
El ministro de Fomento hizo ayer un llamamiento a la calma tras la oleada de críticas que ha generado el proyecto para construir una línea de AVE que conectaría Miranda de Ebro y Logroño a través de Rioja Alavesa. Ni el Gobierno vasco ni diferentes agentes sociales y económicos -especialmente las bodegas- ven con buenos ojos un trazado que obligaría a ejecutar 7 kilómetros de viaductos.
En su visita a Burgos, Íñigo de la Serna recordó ayer que la opción de Rioja Alavesa es en la actualidad «solo una posibilidad» de las cuatro que manejan los técnicos -también la más barata- y que la decisión no está ni mucho menos tomada. «Es positivo que salgan administraciones poniendo el acento en los riesgos potenciales», se congratuló el ministro de Fomento en alusión al Ejecutivo vasco, que considera inviable ‘tirar’ una línea férrea por un entorno que vive de su paisaje y la producción vitivinícola.
«Queda mucho proceso», insistió De la Serna recordando que el proyecto aún debe recibir el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente. «Y en esa decisión cuenta mucho la afección paisajística y al sector primario», deslizó el ministro.
Quien parece tener menos reticencias es el consejero de Fomento riojano, Carlos Cuevas. En declaraciones que publica hoy el diario ‘La Rioja’ advierte a las instituciones vascas de que ya existen «muchas infraestructuras a este lado del Ebro», por lo que pide «miras amplias» y que se valore de igual manera «el impacto paisajístico y el económico».
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