Imagen del Ospa Eguna celebrado este sábado en Alsasua. Jesús Caso

El auge de los disidentes obliga a la izquierda abertzale a renunciar a convocar varios actos

El miedo a que las citas acaben sirviendo como altavoz de grupos como GKS les hace tirar la toalla

Lunes, 2 de septiembre 2024, 00:26

El auge de los diferentes movimientos que han roto con la disciplina interna y de los grupos que han conseguido penetrar con fuerza en los ámbitos juveniles siendo críticos con la actual línea política de EH Bildu y Sortu están poniendo en una situación complicada ... a la izquierda abertzale a la hora de impulsar eventos que hasta hace poco tiempo servían para reforzar la doctrina oficial y hacer proselitismo. El miedo a perder el control sobre este tipo de actos está llevando incluso a que citas que se llevaban celebrando durante años bajen la persiana antes de que sean «tomadas» por los sectores disidentes.

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Un buen ejemplo de cómo Sortu cede terreno en las calles es el Ospa Eguna celebrado este sábado en Alsasua. Durante años formó parte de la agenda de la izquierda abertzale, una cita en la que se reclamaba la salida de la Guardia Civil de la localidad. Pero en 2022 pasó a ser controlado por el Movimiento Socialista (MS), con GKS como marca principal. De hecho, en aquel encuentro, en la que se llegaron a congregar casi 700 jóvenes, se cargó directamente contra EH Bildu.

Sin embargo, el año pasado el Ospa Eguna no se celebró en un momento en el que la tensión entre la izquierda abertzale y los jóvenes comunistas era máxima. Pero tras doce meses de pulso, el festival ha vuelto a ser convocado por el entorno del MS. La jornada incluyó una mesa redonda sobre la infiltración policial, una comida y una manifestación bajo el lema 'No a la normalización de la Policía'. Un mensaje que tiene su trasfondo simbólico y político.

Durante mucho tiempo la consigna del Ospa Eguna fue el tradicional 'Alde Hemendik', pero ya el año pasado sus promotores recalcaron que ese lema tenía que ser reemplazado por otro que abarcase a «todas las policías», porque «el aumento de la represión contra la clase trabajadora viene de la mano de gobiernos progresistas» y los partidos «socialdemócratas». Un claro mensaje contra EH Bildu.

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Pero no es el único ejemplo. Hace unos meses también se anunció que tras más de dos décadas se pondría fin a un festival de rock que durante años se celebraba en diferentes puntos de Navarra y que servía para mostrar «solidaridad» hacia los presos de ETA. El argumento oficial para anunciar su cierre fue que «los nuevos escenarios políticos hacen imprescindibles nuevas formas de implicación», pero detrás se esconde el temor a que a corto plazo terminase siendo un altavoz de los grupos disidentes.

Tiempos pasados

Desde la izquierda abertzale se le resta importancia y se recalca que son situaciones «anecdóticas» que no tienen tanto que ver con el auge de GKS o de otros colectivos rupturistas, sino con la necesidad de desmarcarse de actos que puedan generar «ruido y entorpecer las nuevas estrategias». Básicamente, su apuesta por las vías más pragmáticas para ampliar su base social. De hecho, se reconoce que este tipo de eventos masivos, con gran participación juvenil, les puede generar problemas porque no controlan ni los mensajes ni su desarrollo. Se trata, en todo caso, de un problema más de formas que de fondo, porque Sortu no ha tenido problemas este verano en hacer y difundir brindis por los presos de ETA.

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Además, el que no estén organizados por la izquierda abertzale no impide que tanto víctimas como los diferentes partidos carguen contra EH Bildu.De hecho, el PSN ha exigido a la coalición soberanista un desmarque claro de lo sucedido el sábado, unos hechos que «no tienen cabida en nuestra sociedad». Tras «condenar» el Ospa Eguna, el secretario de los socialistas navarros, Ramón Alzórriz, aseguró que lo vivido enAlsasua «nos traslada a tiempos pasados». «Este tipo de hechos sólo alimentan el odio y favorecen la confrontación entre diferentes», afirmó el dirigente del PSN, quien instó a EH Bildu a que «se desmarque de este tipo de actuaciones y siga dando pasos hacia una convivencia plena».

Ernai busca hacer su propia demostración de fuerza

La pelea entre la izquierda abertzale y el Movimiento Socialista por ver quién es capaz de atraer a más jóvenes suele jugarse en actos cargados de simbolismo. Los miembros de GKS dieron un golpe de efecto cuando el pasado Primero de Mayo reunieron a varios miles de simpatizantes en la Gran Vía de Bilbao en lo que fue toda una demostración de fuerza. En esa batalla, ahora le toca a Ernai mover pieza.

La organización juvenil de Sortu ha convocado una manifestación para este próximo sábado en San Sebastián que espera que también sea masiva.

Se trata de una protesta contra las sanciones impuestas a 133 miembros de Ernai por participar en dos protestas en septiembre de 2023 que exigían la puesta en libertad de Aitor Zelaia y Galder Barbado, dos militantes de la izquierda abertzale condenados a cuatro años de prisión por la Audiencia Nacional como responsables de un depósito de armas y municiones encontrados en octubre de 2018 en el municipio alavés de Durana. Los miembros de Ernai se encadenaron y cortaron el tráfico en la plaza Moyua frente a la subdelegación del Gobierno en Bilbao y en una comisaría de la Ertzaintza en Vitoria.

Las multas impuestas por el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco oscilan entre los 1.400 y los 2.500 euros. El importa total se eleva a 290.500 euros. Pero más allá del motivo concreto, la izquierda abertzale quiere aprovechar la marcha en la capital guipuzcoana para trasladar el mensaje de que sus juventudes todavía tienen capacidad de movilización.

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