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Gaizka Fernández Soldevilla, Alberto Alonso, Josu Elkoro, Lourdes Auzmendi y Gorka Landaburu, en la mesa redonda de Gogora. Ignacio Pérez
«El atentado contra la cafetería Rolando disparó la tensión en ETA en 1974 y aceleró las divisiones»

«El atentado contra la cafetería Rolando disparó la tensión en ETA en 1974 y aceleró las divisiones»

Dos exmiembros de ETA, Josu Elkoro y Lourdes Auzmendi, han contado su experiencia en una mesa redonda celebrada en Gogora

Jueves, 20 de marzo 2025, 19:41

ETA pudo terminar en septiembre de 1974. Fue la primera vez en que una parte de los miembros de la banda terrorista alzó su voz para criticar el atentado contra la cafetería Rolando, cometido el 13 de septiembre de 1974, y que se convirtió en una matanza de civiles. Murieron 13 personas y resultaron heridas otras 70. «La pregunta que debemos hacernos es si este atentado aceleró la crisis en ETA, que derivó en su primera escisión», según ha planteado Gorka Landaburu, moderador de un debate inédito en Gogora donde han participado este jueves dos exmiembros de la banda, Lourdes Auzmendi y Josu Elkoro. Ambos confirmaron que aquella primera masacre de la banda fue la clave en la aparición entre 'milis' y 'polimilis'.

Auzmendi ha detallado que «yo había cruzado la frontera en mayo y estaba en Hendaya. Trabajaba como cocinera en un caserío donde iban 'legales' -miembros de ETA no fichados-, a los que impartía cursos 'Pertur'», que era su pareja. Fue allí donde supo del atentado en Rolando y presenció, en aquellos días, «el enfrentamiento muy fuerte entre militantes de ETA. Inmediatamente estalló la división, que estaba ya presente antes, pero de forma soterrada. La escisión llegó muy pronto».

Rolando no es un atentado cualquiera. La onda expansiva de la bomba, que explotó a hora punta en un lugar muy concurrido y próximo a la Puerta del Sol, provocó grietas en una ETA que hasta entonces parecía monolítica. El historiador Gaizka Fernández Soldevilla ha recordado que «hemos accedido al sumario de este atentado, que es el primer atentado indiscriminado y la mayor masacre de ETA hasta Hipercor». Fernández ha recordado que «el 95% de las víctimas fueron casuadas en democracia».

En la mesa redonda, moderada por Landaburu, ha participado también el director de Gogora, Alberto Alonso. «Nos gusta abrir un debate y reflexionar sobre el contexto de cada exposición y la mesa que celebramos se enmarca en la muestra sobre el atentado contra Rolando. ETA tuvo muchas oportunidades para dejar las ramas y esta salvajada fue la primera», ha defendido Alonso. Landaburu, por su parte, se felicitó de «ver caras jóvenes entre los asistentes y eso es muy importante». Lo hizo en una sala de Gogora que estaba abarrotada.

Aquellas tensiones y aquellos debates desembocaron poco después del atentado contra Rolando en la primera escisión de ETA, la que partió al grupo terrorista entre los que abogaban por la vía «político militar» -ETA (PM)- y quienes defendían exclusivamente el uso de la violencia, la rama millitar -ETA (M)-.

Josu Elkoro ha recalcado que «las tensiones existían previamente y 'Pertur', que es el gran visionario de esa época, ya estaba marcando esas otras vías ante los más violentos. Nosotros sabíamos que la lucha armada no podía continuar». Según Landaburu, «muchos siguen convencidos de que 'Pertur', considerado un teórico» y que era la pareja de Auzmendi, «fue secuestrado y asesinado por miembros de ETA». Elkoro, sin víctimas mortales a su espalda, se distanció de ETA tras la escisión de los 'polimilis' y acabó en Euskadiko Ezkerra.

Auzmendi ha defendido que «no se puede decir que hubo una ETA buena porque matar nunca se debe justificar pero tampoco se puede meter en el mismo saco la ETA anterior a Franco y la posterior».

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