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La confirmación de que las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) sufrirán su enésimo retraso no ha «pillado por sorpresa» al Gobierno vasco. Al menos, al consejero de Transportes, el socialista Iñaki Arriola, que ha restado importancia este viernes al hecho de que el ... proyecto presupuestario del Ejecutivo central contemple el 2027 como fecha para la culminación de los trabajos, un año más tarde de lo que se preveía hasta ahora. La nueva demora y, sobre todo, la reacción del titular de Lakua han indignado al PP, que sugiere a Iñigo Urkullu que abra «una crisis de gobierno» ante el «recochineo» del socio minoritario.
La letra pequeña de los Presupuestos Generales del Estado para 2023, cuyo contenido se conoció el jueves, incluye una nueva estimación para el fin de las obras del TAV. Un extremo que alargará aún más el aislamiento de Euskadi. Del TAV empezó a hablarse a la vez que de la primera línea del AVE –la inaugurada en 1992 entre Madrid y Sevilla– y en estos treinta años la alta velocidad ha llegado al 80% de la población española. Ahora, tras la actualización de las fechas y salvo inesperado giro de guion, habrá que esperar incluso hasta 2028 para inaugurarlo, ya que antes se requiere de un largo periodo de pruebas y formación.
El nuevo horizonte planteado por Madrid solivianta al PNV –el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, considera que la demora confirma que «no se ha dado importancia a la inversión en Euskadi»–, pero no así al PSE-EE, su compañero en el Gobierno vasco. «Hace dos años ya comenté que, tras contrastar con el Ministerio, estimábamos como fecha finales de 2026 o principios de 2027. Tampoco es que en ese sentido me haya pillado de sorpresa que en los Presupuestos aparezca la fecha de 2027», ha afirmado el titular de Transportes en Radio Popular. Arriola se ha escudado en que se trata de una obra «muy compleja» al no tocar casi suelo y desarrollarse entre numerosos túneles y viaductos.
Hablar de 2027, entiende el responsable autonómico, «puede parecer lejos», pero ha contrapuesto que «en lo que se refiere a ejecución de obras de esta envergadura no es un plazo tan extendido». Arriola ha insistido una y otra vez en que la llegada del TAV está «cada vez más cerca» y que será «una ventaja muy importante el poder contar con esta infraestructura». Cabe recordar que cuando se habla de su inauguración, se hace asbiendo que en ese plazo no estarán listas las nuevas estaciones de Bilbao y Vitoria, que serán soterradas. De manera provisional, el tren llegará a Basauri y al apeadero de Dato, respectivamente.
Si ya de por sí el propio retraso extiende lo que parece ser la historia de nunca acabar, la reacción del consejero de Transportes ha terminado por exasperar al PP vasco. Su presidente, Carlos Iturgaiz, ha apuntado directamente a la responsabilidad de Arriola y ha sugerido al lehendakari que lo cese. «Tiene que abrir una crisis de gobierno con los socialistas ante esta nueva tomadura de pelo que se suma al ninguneo que le hace Sánchez a las cartas que le envía Urkullu», ha apelado al mandatario nacionalista en protesta por el «recochineo». Euskadi, ha recordado, «está a la cola de las comunidades de España en alta velocidad».
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