La designación por unanimidad de los dos magistrados del Constitucional que correspondía renovar al CGPJ se convirtió el pasado martes en una suerte de armisticio inesperado que dificulta a las partes volver a las hostilidades que habían desembocado en una grave crisis institucional. Pero ni ... conservadores ni progresistas, ni PSOE ni PP, han quedado satisfechos del cese temporal de una confrontación que hacía temer lo peor. Mucho menos los extremos del arco parlamentario. Nadie está en condiciones de celebrar 'su' victoria parcial, aunque tampoco tenga motivos para sentirse derrotado. Por lo que, como ocurre en tales ocasiones, a cada minuto afloran declaraciones y noticias revelando la pulsión persistente a la búsqueda de nuevas oportunidades que reaviven el enfrentamiento. Nada resulta más decepcionante para los contendientes que un armisticio no deseado, cuyos frutos parecen imposibles de administrar desde el momento en que no se reivindican. La frustración de los protagonistas políticos de la crisis se ve acrecentada además porque ha quedado comprobado que ni 2022 termina hoy, ni 2023 empieza mañana.

Publicidad

Era sabido que el Partido Popular de Núñez Feijóo esperaba un empeoramiento aún más manifiesto de las condiciones económicas y sociales en nuestro país, que le permitiera afrontar el período electoral propiamente dicho sin necesidad de ofrecer alternativas distintas a la rebaja de impuestos, o poco más. Pero ahora se encuentra ante la eventualidad de que el sanchismo podría no caer por su propio peso. De modo que precise ahondar en la división y en la oferta de un programa de acción netamente distinto al representado por la mayoría de progreso. Lo primero, para tratar de ensombrecer el mandato de Sánchez. Lo segundo, para destacar una identidad propia mediante compromisos que garanticen desmontar algo de lo levantado por la coalición entre socialistas y morados, puesto que es muy difícil anunciar resultados mejores.

Era también sabido que Pedro Sánchez esperaba culminar este año todas las escaramuzas que requería para consolidar su bloque parlamentario de cara a una próxima investidura, evitando que sus iniciativas legislativas siguieran erosionando al Gobierno a partir de mañana. Pero los efectos indeseados de sus arriesgadas apuestas volverán a acaparar buena parte de la información en los próximos meses. Al tiempo que el armisticio constitucional pondrá sordina a una crisis que, aunque se perpetúe en el bloqueo del CGPJ, no lo hará en un tono que acalle las tensiones generadas por las nuevas normas del Gobierno. Ello cuando las perspectivas del voto socialista no se encuentran como para brindar más regalos a sus socios, dado que en parte se disputan un mismo electorado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad