Jordi Alemany
Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente

Arantxa Tapia será la encargada de dirigir la reconstrucción económica

Sábado, 5 de septiembre 2020, 15:16

En las últimas semanas, cuando algún interlocutor trataba de tirarle de la lengua para conocer si iba a o no a ser vicelehendakari, como se rumoreaba desde hace tiempo, ella contestaba con una frase enigmática en la que ya daba a entender que no: « ... Eso hay que merecerlo», apuntaba en tono que muchos creyeron cargado de autocrítica y autolimitación. Curiosidades de la política, la consejera de Desarrollo Económico -ahora con el apellido añadido de Sostenibilidad-, ha pasado en apenas una horas de ser un estrella ascendente a ceder una parte de su 'reino'. De ser aspirante a vicelehendakari a traspasar las competencias sobre Transportes, que incluyen la responsabilidad en la construcción de la alta velocidad ferroviaria. La incorporación de Medio Ambiente no llena la parte del zurrón que se ha vaciado en este cambio. Pese a todo, Arantxa Tapia, será la responsable de una de las piezas fundamentales de la legislatura. La encargada de la reconstrucción económica y de ayudar a levantar nuevos actividades y negocios sobre la destrucción que deje tras de sí la Covid-19.

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Nacida en la localidad guipuzcoana de Astigarraga hace casi 57 años -los cumplirá a finales de este mes-, es Ingeniera industrial en la especialidad de electricidad, doctorada por la Universidad de Navarra, ha tenido una dilatada experiencia en el mundo académico y por supuesto en la Administración pública. Catedrática de Ingeniería de Sistemas, fue viceconsejera de Transportes y Obras Públicas en el Gobierno de Juán José Ibarretxe y más tarde diputada foral de Mobilidad en la Diputación de Gipuzkoa. También fue diputada por el PNV en el congreso durante un breve periodo.

Puede errar quien crea que una reducción de sus competencias pueden suponer un cambio sustancial, un freno de su poder de decisión en el área económica o incluso un debilitamiento de sus posiciones. No es de las que aflojan fácilmente. Los empresarios la tienen respeto -que es un estadio muy cercano al miedo en la mayor parte de los casos-, porque además de 'mandona' Tapia no suele andarse con rodeos, no es partidaria de las medias tintas y siente una indisimulada reacción en contra de quien se acerca a la Administración a la búsqueda de algún privilegio. «Es muy brava». Así suele definirla un conocido empresario vizcaíno.

La hiperinflación de presencia pública y en los medios de comunicación le han costado no pocas críticas, porque ha podido parecer que dedicaba más tiempo al 'escenario político' que a la gestión. Y lo cierto es que la realidad es bien distinta. Es difícil pillarla en un renuncio o con los deberes sin hacer. Controla hasta el más mínimo detalle de las materias que están bajo su manto y tiene criterio formado sobre cada una de ellas. ¿El secreto? Además de una capacidad intelectual muy por encima de la media, Tapia siempre ha priorizado rodearse un equipo técnicamente muy solvente en la sala de máquinas.

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Pero pese al 'respeto' que genera entre los empresarios, ellos saben que está de su lado. Quizá como ningún otro consejero de la pasada legislatura Tapia ha sabido entender el papel de los emprendedores y su valor real, en una sociedad que parece rechazar el enriquecimiento aunque esté justificado. Y, por la misma razón, los sindicatos saben que tienen en ella a un interlocutor crítico, que no ha dudado en lanzar sus dardos contra estas organizaciones y más en concreto contra ELA, quizá por aquello de que no hay peor cuña que la de la misma madera. En este caso madera nacionalista.

En la última legislatura ha asumido no pocos riesgos. Algunos incluso le han supuesto un pequeño resbalón, como cuando apoyó sin fisuras la absorción de Gamesa por parte de la multinacional Siemens, en un proceso que el tiempo se ha encargado de desvelar que tenía más peligros que ventajas para la economía vasca. Lo mismo sucedió con su respaldo a la entrada de Zegona como principal accionista de Euskaltel, aunque en este caso tan sólo hay temores y las evidencias, por el momento, no permiten confirmar una deriva negativa.

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La 'sostenibilidad', el nuevo apellido del Departamento que dirigirá esta consejera es una de las prioridades de la legislatura, tal y como recalcó el lehendakari en su discurso de investidura cuando se refirió a la transición energética. No es una mera declaración de intenciones sino en realidad una necesidad de adaptación de una buena parte de la industria vasca. De un lado, porque una parte de la riqueza de Euskadi se genera de la mano de los carburantes -ya sea en la industria del petróleo en la del automóvil con motor de combustión-, pero también porque el sector de bienes de equipo eléctrico tiene peso en el País Vasco. Y, se supone, va a ser junto con la generación renovable una de las palancas de crecimiento de la próxima década.

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