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LORENA GIL
BILBAO.
Jueves, 14 de septiembre 2017, 02:00
Aralar desaparecerá como partido el próximo 2 de diciembre, tras la celebración de su congreso, después de más de tres lustros en el anorama político. Su fundador, Patxi Zabaleta, entiende que ha llegado el momento de dar «aire fresco» a la izquierda abertzale, pero subraya ... que la disolución no supone el abandono de la política porque él y los suyos defenderán sus ideas como militantes de EH Bildu.
- ¿Por qué debe disolverse Aralar?
- En la estructura que se está formando en la izquierda abertzale, que es EH Bildu, existen cauces de participación política y de trabajo para debatir, hacer autocrítica y hacer propuestas. En la ponencia que hemos preparado para el séptimo congreso de Aralar lo que decimos es que merece la pena que se fortalezca dicha estructura unitaria para que también sean posible en ella las diferentes tendencias. Creemos que los fundadores de EH Bildu debemos ceder el testigo a esta nueva estructura. De ahí que creamos conveniente que Aralar dé por finalizada su andadura como partido. Se lo hemos comunicado a las demás formaciones y lo han acogido con respeto. Nosotros respetamos otros ritmos, pero consideramos que es lo que había que hacer. Más mirando al futuro que al pasado.
- ¿Los objetivos con los que nació Aralar se han cumplido?
- En la izquierda abertzale siempre ha habido un debate sobre diferentes temas. Desde la primacía de la acción política hasta la existencia de la figura del militante, pero sobre todo la que condicionaba cualquier cosa, que era la actitud hacia la lucha armada y la defensa de los derechos humanos. Los pasos fundamentales ya se han dado, aunque haya cuestiones pendientes, como la situación de los presos políticos. Esa defensa de los principios básicos de la democracia es hoy un tema aceptado, como lo son las propias estructuras de EH Bildu. Yo soy ahora militante de base, sin ningún cargo. Las razones que nos motivaron a convertirnos en partido político son ya diferentes y por ello creemos que debemos dar por finalizada la andadura. No es una consideración contra nada ni de fracaso, sino una decisión en parte satisfactoria. En política hay que tener las puertas abiertas para la autocrítica y la renovación de propuestas, pero hay cauces para ello dentro de EH Bildu y, de hecho, hay que luchar para que esos cauces sean cada vez mejores.
- ¿Cómo han reaccionado los militantes de Aralar?
- Lo están aceptando bien porque la decisión se ha adoptado de manera muy consensuada. La dirección lo aceptó por unanimidad y también el conjunto de los responsables del partido. Por tanto los militantes, que tendrán voz y voto en el congreso de diciembre, lo harán así.
- ¿Se ha hablado con Sortu para reintegrar de alguna forma a los dirigentes de Aralar?
- No. Nosotros autodisolvemos el partido y no buscamos ningún tipo de recolocación. Somos y seremos militantes de base y como tales tendremos las mismas oportunidades que el resto. Ni vamos a ser una corriente sucesora de Aralar ni vamos a negociar absolutamente nada.
- ¿Y cómo se producirá el cierre?
- En el congreso se creará una comisión liquidadora y desde entonces dejaremos de existir.
- Le resultará duro.
- No vamos a renunciar a ninguna idea, simplemente creemos que los partidos, igual que se fundan, deben disolverse y no subsistir cuando hay ámbitos de actuación en otras estructuras.
- ¿El cierre supone que los postulados que ha defendido Aralar en el seno de la izquierda abertzale han sido aceptados?
- Buena parte por lo menos están cumplidos. Nosotros cuando hace diez años hablábamos del cese de la lucha armada unilateral, y del desarme unilateral, y cuando firmamos también el Acuerdo de Gernika, que supuso la cristalización de lo que nosotros defendíamos con ahínco... Todo eso no sólo es debido a nosotros, pero sí en parte, y eso es satisfactorio. Pero estamos donde estamos y también hay que darle a la política aire fresco. Nosotros no nos vamos de la política, simplemente disolvemos un partido.
- ¿Qué deberes tiene EH Bildu?
- Los partidos deben amoldarse a la nueva coyuntura comunicativa y utilizar esos recursos para la comunicación interna. La relación con la sociedad está cambiando de una manera muy profunda y la política tiene que tener recursos más ágiles que los actuales. La izquierda abertzale debe ser sobre todo un movimiento de izquierda y un movimiento abertzale y en ambas cosas debe marcar línea y tratar de representar a ese gran sector de Euskal Herria progresista, de izquierda y abertzale.
- ¿Qué queda pendiente en el ámbito de los derechos humanos?
- Hay que mirar con envidia a países como Colombia o Irlanda. El mejor reconocimiento que se puede hacer a las víctimas es culminar la pacificación. Eso es lo que abre las puertas a una sociedad en paz. Porque la aportación de las víctimas no es una lección, sino crear las bases para vivir en paz. En paz quiere decir en igualdad y que todos tengan la posibilidad de relacionarse en libertad. Y en esta cuestión el Gobierno del Estado merece un suspenso absoluto, al margen de que decisiones que se han tomado ahora por los presos se podían haber tomado hace muchos años... Sigo pidiendo la amnistía para los presos políticos. Por cierto, concepto que aparece en las leyes que acaba de suspender el Constitucional, la más desprestigiada de las instituciones en Cataluña.
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