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El presidente del Bizkai buru batzar del PNV, Iñigo Ansola, ha rechazado este miércoles entrar «en la salsa» de la posible sucesión de Andoni Ortuzar al frente del EBB, pero ha dejado la puerta abierta a que no continúe. «Está claro que cada persona tiene ... el derecho a tomar su decisión, y, en este caso, primero el propio Andoni Ortuzar debe decidir si tiene ganas y fuerza para seguir. Si decide que está dispuesto para continuar, los militantes dirán si quieren contar con Andoni o con otra persona», ha explicado Ansola en una entrevista en EiTB. El dirigente vizcaíno da así por sentado que será el actual líder jeltzale el que tome la decisión de intentar o no seguir al frente del partido, antes de que el próximo 20 de enero arranque la primera vuelta del proceso interno para elegir al futuro EBB y a su presidente, una fecha, la del día de San Sebastián, que el propio Ortuzar ha señalado como clave para desvelar, por fin, su futuro.
Eso sí, Ansola ha dejado claro que «siempre» ha visto «muy fuerte» a Ortuzar, y que, además, «sea siendo presidente o no», el partido «tiene que contar sí o sí con personas así, porque no podemos perder de ninguna manera su sabiduría y su experiencia». El burukide vizcaíno, recién designado en sustitución de Itxaso Atutxa al frente de la organización territorial más potente, ha insistido en que la fuerza del PNV proviene de su militancia y que la formación jeltzale siempre se ha estructurado «de abajo arriba».
Sobre la intención del PNV de no limitar de manera estricta los mandatos, Ansola explicó que se busca que la posibilidad de estar más de ocho años seguidos en un mismo cargo sea una «singularidad» y no una norma. La ponencia de organización, sujeta a enmiendas, que el PNV ha enviado a las bases esta semana rechaza por «imprudente» poner límites rígidos cuando no existen para concurrir a los cargos públicos y reclama mayorías cualificadas para alargar la permanencia en el poder. «La cuestión no es limitar a ocho años, y listo, como sucede en la presidencia de los Estados Unidos, sino que se pretende dotar de esa singularidad para que no haya inclinación a prolongarse demasiado en el tiempo, y que puedan decidir las bases teniendo en cuenta las necesidades del momento y que esa persona las pueda dar respuesta», ha indicado Ansola, que ha reconocido que ese debate está siendo muy «extenso» internamente.
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