
Ángel, Mónica, Pablo: la batalla de la izquierda
Pongamos que hablo de Madrid ·
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Pongamos que hablo de Madrid ·
PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos funcionan como bloque en esta campaña; se tutean pero se miran de reojoEn el arranque de la campaña los gurús de la izquierda madrileña asumían la extrema dificultad de sumar más que la derecha, un sueño al ... que no concedían más de un 1% de probabilidades. El mismo porcentaje, por cierto, que hoy menciona el presidente de GAD 3, Narciso Michavila, en una entrevista en este periódico. Metroscopia, en un sondeo publicado ayer en 'El País', elevaba ese cálculo al 9%, más un 4% de oportunidades de que se produzca un empate a 68 escaños que forzaría una repetición electoral. Pese a todo, el estudio no detectaba cambios significativos en el comportamiento electoral del viernes, previo al debate de la Ser que reventaron Monasterio y Pablo Iglesias, y el posterior, ya este lunes.
Tras tres días de balas y navajas -en el sentido real y en el metafórico-, de ruido y furia en la campaña madrileña, esa es la realidad en que se mueve el bloque de izquierdas: Ayuso sigue siendo un hueso difícil de roer. Precisamente por eso, tras un inicio titubeante del PSOE a la caza del voto fugado de Cs, la dirección de la campaña de Ángel Gabilondo, en la que tienen un peso específico real Pedro Sánchez e Iván Redondo, decidió coordinarse con Pablo Iglesias e Iñigo Errejón para cambiar de estrategia. De la constatación de que solo una izquierda alineada que lograse activar la movilización de indecisos y abstencionistas podría obrar el milagro nació el 'colegueo' que empezó a exhibirse en el debate de Telemadrid y la decisión meditada de actuar como un 'tres en uno' electoral.
Ángel, Pablo y Mónica, que se tutean y se llaman por el nombre de pila para dejar claro que están en el mismo barco -el de la «democracia» frente al «fascismo» que les llevó a abandonar en bloque los estudios de la Ser-, se miran, no obstante, de reojo porque saben que, además del Gobierno de la Comunidad, están en juego muchas otras cosas. A saber: el equilibrio de fuerzas en la izquierda; el nuevo papel de un Más Madrid cada vez más protagonista; el coste que pueda asumir Sánchez, implicado de hoz y coz en el 4-M, ante un mal resultado de Gabilondo; el futuro político de Iglesias -bestia negra de casi todos en la Villa y Corte- y de su 'sucesora designada', Yolanda Díaz...
Nadie duda de que la gran sorpresa la han dado la plataforma que nació del 'pacto de las empanadillas' entre la exalcaldesa Manuela Carmena y Errejón y su candidata, la anestesista Mónica García, cada vez más conocida y mejor valorada con un programa inspirado en los 'verdes' europeos. Incluso, entre los votantes de Podemos, que la aprecian más (según Metroscopia, un 83%), que a su propio candidato, que se queda en el 78%.
Además, se empieza a hablar ya de un posible 'sorpasso' de Más Madrid a un PSOE en retroceso. Los socialistas veían hasta ahora a la plataforma como un clon en miniatura de sus propias juventudes, una izquierda urbana, burguesa, como «la Euskadiko Ezkerra del PSE». Pero el pez chico amenaza con comerse al grande o al menos mirarle de tú a tú, con García a solo dos puntos de Gabilondo en algunos sondeos. Gracias, dicen en su candidatura, a que frente a la tentación de la épica y los golpes de pecho, ha seguido hablando de salud mental -el gran hallazgo errejonista en pandemia, amplificado por la torpeza del diputado del PP que le mandó al médico-, conciliación o transporte.
Villaverde y Vallecas
«Lo que está claro es que somos nosotros los que tiramos del conjunto del bloque progresista», analiza Iñigo Errejón en conversación con EL CORREO, un gancho que achaca a que capitalizan el flujo de nuevos votantes y de abstencionistas reconvertidos. Con la idea fija de que la derecha ya está al límite de su capacidad de movilización y a la izquierda le queda margen, las tres siglas del 'tridente' han puesto sus ojos en el sur de Madrid. «Le pongo ejemplos», continúa el diputado de Más País. «En el distrito más pobre, Villaverde, se moviliza un 55%. En el barrio de Salamanca la participación no suele bajar del 80%. Solo los dos distritos de Vallecas suman 450.000 habitantes. Si activamos a toda esa gente, el vuelco electoral es posible», confía Errejón, que afirma sin dudarlo que existe un «efecto Mónica García».
Empieza a quedar claro que la 'venganza' de Iglesias sobre su antiguo amigo no se consumará. Sí logrará el objetivo de entrar en la Asamblea y mejorar los resultados de Isa Serra, pero casi nadie duda de que el 4-M pondrá un punto y aparte a su carrera. La gran pregunta, que corre ya por los mentideros madrileños, es si la vicepresidenta Yolanda Díaz se presentará a las generales como candidata de Unidas Podemos o de una plataforma más amplia que aglutine a todas las sensibilidades a la izquierda del PSOE. «¿La unidad de la izquierda? Ojalá dure el 'espíritu de Madrid'», confía Errejón.
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