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La receta de Imanol Pradales para actualizar el autogobierno vasco no es ni mucho menos compartida por su socio de coalición. El PSE-EE rechaza la fórmula inspirada en el Concierto Económico para lograr una relación política de tú a tú con el Estado y ... deja claro que esa propuesta no ha sido consensuada con el PNV dentro del Ejecutivo bipartito. «Es la opinión del lehendakari y no la compartimos», ha subrayado este viernes el secretario general de los socialistas, Eneko Andueza, quien alega que la bilateralidad ya está reflejada en la Constitución y en el Estatuto con unos «límites» que su formación «no va a traspasar».
La cuestión estatutaria es uno de los temas que más ha separado históricamente a jeltzales y socialistas, y su reactivación en este inicio de legislatura está volviendo a aflorar esas diferencias. El PSE-EE está dispuesto a abordar el debate y asistirá a la ronda de contactos impulsada por Andoni Ortuzar para tantear el terreno antes de que la conversación se traslade oficialmente al Parlamento vasco. Eso sí, el socio minoritario del Gobierno vasco advierte de antemano que se debe poner el foco en «las preocupaciones de la sociedad» y no en cuestiones identitarias «que sólo preocupan a una minoría».
Los socialistas tienen claro que el debate se debe orientar a «blindar» todos aquellos derechos sociales alcanzados desde la aprobación del Estatuto de Gernika en 1979 y no a transitar por «sendas soberanistas» como los precedentes del Pacto de Lizarra y el Plan Ibarretxe. Los de Andueza están abiertos a abordar cuestiones como el reconocimiento nacional de Euskadi, tal y como se refleja en el acuerdo que el PNV firmó con Pedro Sánchez para su investidura. Sin embargo, cierran el paso a una modificación sustancial de la relación político-jurídica de Euskadi con el resto de España y aún más a cualquier fórmula que implique el derecho a la autodeterminación.
Tras reunirse este viernes en Bilbao con los integrantes de su grupo parlamentario, Andueza ha emplazado a todos los actores concernidos a afrontar el debate «con sinceridad» y sin «generar falsas expectativas». En este sentido, el dirigente socialista ha descartado la vía lanzada el pasado miércoles por Pradales, una especie de 'Concierto Político' que ya propuso Iñigo Urkullu y que el nuevo lehendakari ha hecho suya. El líder del PSE-EE circunscribe esa idea al inquilino de Ajuria Enea y aboga por un «consenso» que se fundamente en «la colaboración institucional y el diálogo entre gobiernos».
Y es que no por conocido el planteamiento de Pradales ha generado menor malestar entre los socialistas, que esgrimen el acuerdo de junio en el que, como en sus anteriores coaliciones, PNV y PSE-EE decidieron dejar la actualización del Estatuto fuera de la acción del Ejecutivo y dejar toda iniciativa en manos de sus respectivos grupos parlamentarios. Ese documento limita el papel del Gobierno vasco, y por tanto el del lehendakari, a la culminación del proceso de transferencias pendientes, otro de los compromisos adquiridos por Sánchez. Todo lo demás, precisa el socio minoritario, es cuestión de los partidos, por lo que el pronunciamiento de Pradales responde a una mera «opinión suya».
Los socialistas vascos no sólo buscan acotar el terreno al lehendakari, sino también al PNV, al que advierten sobre las consecuencias que acarrearía un entendimiento a solas con EH Bildu. No en vano, la coalición de Arnaldo Otegi viene reivindicando la mayoría nacionalista del Parlamento vasco (54 de 75 escaños) para atraer a los jeltzales a un acuerdo de corte soberanista como las bases que pactaron en 2018. Andueza ha enviado un mensaje a «despistados» al plantear que la mayoría hegemónica en Euskadi es la que suman PNV y PSE-EE en ayuntamientos, diputaciones y Lakua: «No vale apostar por unas mayorías para sacar los gobiernos en las instituciones y optar por otras para transitar por otros caminos».
Con sus 12 parlamentarios, el PSE-EE no deja a EH Bildu (27) fuera del margen de entendimiento para un nuevo Estatuto: «Estamos abiertos a grandes consensos, sin exclusiones». Andueza incluso ha indicado que puede haber entendimiento «en un porcentaje muy alto» entre la mayoría de las formaciones políticas en un momento en que Euskadi tiene «la mayor capacidad de autogobierno de su historia». Pero, de la misma manera, ha prevenido de que cualquier intento de hacer «una reforma constitucional de tapadillo» acabará en «fracaso».
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