Mientras el PNV y EH Bildu copan la atención de la política vasca en plena designación de sus respectivos candidatos, el PSE-EE se rebela para no quedar relegado a un segundo plano y trata de marcar distancias con ambos para que no se le ... identifique en un bloque predeterminado. Por lo pronto, ayer Eneko Andueza repartió a diestro y siniestro. Aseguró que su partido no hará lehendakari a ningún miembro de la coalición abertzale y, aunque evitó sostener lo mismo sobre la formación jeltzale, con la que gobierna en coalición, recibió a Imanol Pradales como el exponente de la «continuidad» de un modelo «agotado» y que «no tiene capacidad para responder a los retos» de la sociedad vasca.
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Andueza protagonizó ayer un desayuno informativo de Fórum Europa en Madrid, donde presentó su proyecto político ante representantes nacionales de la política, la economía y la sociedad civil. Estuvo acompañado no sólo por una nutrida delegación del PSE-EE, sino también por media docena de ministros del nuevo Gobierno de coalición. De hecho, fue presentado por la vicepresidenta cuarta y titular de Hacienda, María Jesús Montero, quien le describió como un hombre «inteligente, tenaz, con valores, dialogante hasta la extenuación y que conecta bien con las aspiraciones y el sentir de la mayoría de la ciudadanía vasca».
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En su intervención, el líder de los socialistas insistió en una idea que ya lanzó en las municipales de mayo y que sin duda marcará ahora su campaña hacia las autonómicas: la de que la batalla electoral no es una «cosa de dos» entre PNV y EH Bildu, sino que también está abierta al propio PSE-EE. «Hay mucha gente que va a querer plantear el escenario para que parezca un juego entre dos y se va a equivocar muy mucho porque nosotros vamos a ser ya no necesarios, sino imprescindibles para liderar los gobiernos», afirmó. Andueza trata de contrarrestar esa eventual polarización y reivindica el proyecto de su partido para «transformar el país y avanzar en las cosas que importan».
En ese intento por poner tierra de por medio respecto a las dos principales fuerzas políticas vascas, Andueza considera que el movimiento de fichas en el PNV refleja su intención por mantener un modelo «tradicional» que «se conforma con lo que hay». Preguntado directamente por Pradales, eludió hacer una valoración expresa, pero más tarde, de forma implícita, se refirió a ello: «Los acontecimientos de los últimos días animan a pensar que algunos quieren seguir instalados en un escenario de continuidad. La autocomplacencia y el conformismo pueden ser una actitud, pero nunca la solución».
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Ni coalición ni investidura
El secretario general del PSE-EE tampoco quiso dar su opinión sobre la renuncia de Arnaldo Otegi a ser candidato a lehendakari porque es «una decisión personal», pero sí que garantizó que su formación no investirá a un aspirante de EH Bildu ni suscribirá una coalición con los soberanistas. Reivindicó, eso sí, el «esfuerzo democrático» de los socialistas al dialogar con la formación abertzale, algo que cree que supera al realizado con Junts para la investidura de Pedro Sánchez: «¿No requiere de mayor esfuerzo democrático sentarse hoy con los que ayer querían matarnos que con Carles Puigdemont? ¿No requiere de mayor esfuerzo democrático la superación del terrorismo y la admisión de sus protagonistas en el marco constitucional?».
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