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«¡Nos están durmiendo y tenemos que despertar!». La convención ideológica que el PP vasco celebra entre este fin de semana y el próximo en Bilbao se ha convertido este sábado en un alegato por dar a Euskadi un nuevo impulso frente al «declive» al ... que la habrían conducido los sucesivos gobiernos de PNV y PSE-EE. El presidente de la formación y candidato a lehendakari, Javier de Andrés, ha denunciado que en este tiempo la comunidad autónoma ha pasado de «estar en la Champions a bajar de categoría» y ha reivindicado a su partido como el único ajeno al bloque de apoyo a Pedro Sánchez.
Los populares han llevado a cabo este sábado la primera de las dos jornadas de su convención en el Palacio Euskalduna bajo el lema 'Euskadi abierta'. A lo largo de la mañana se han celebrado ponencias acerca de temas como seguridad, educación, cultura, economía, infraestructuras y sanidad. Una forma, en definitiva, de refrescar ideas de cara al programa electoral de las autonómicas en un debate interno que, en realidad, se debía haber producido en el congreso de noviembre en el que se eligió a De Andrés como presidente. Sin embargo, su carácter extraordinario aplazó esta tarea, que ahora se produce en vísperas electorales.
A la espera de que el próximo sábado sea Alberto Núñez Feijóo quien tome parte, en la primera de las dos jornadas han sido cargos públicos y orgánicos quienes han llevado la voz cantante. La clausura ha tenido como protagonista a De Andrés, quien ha emplazado a sus compañeros a «interpelar a los vascos y decirles que lo que vivimos es un declive porque las cosas no se están haciendo bien». El aspirante a lehendakari ha abordado un abanico de temas que, bajo su punto de vista, demuestran que «ha habido una mala gestión y un mal proyecto que PNV y PSE-EE iniciaron en 1986 y que ha sido todo lo contrario a lo que se ha hecho en Europa».
El PP vasco, no en vano, aspira a pescar en el caladero de votos de estos dos partidos para tratar de remontar su representación en el Parlamento vasco. En 2020, en su coalición con Ciudadanos y después de que Génova fulminara a Alfonso Alonso, logró seis escaños, tres menos que en la anterior cita. Ahora, una vez cosido el partido, la formación conservadora aspira a extender a las autonómicas la mejoría que ya experimentó en las municipales y forales de mayo del año pasado y de las generales de julio. Un proceso en el que buscan convencer a votantes de centroderecha moderado que en su día se fueron al PNV y que están descontentos con su apoyo al Gobierno de Sánchez.
Para denunciar la gestión jeltzale, ha incidido en cuestiones como los retrasos en la llegada del TAV. «Luego dicen que el PNV consigue cosas. Ha conseguido el AVE para toda España menos para el País Vasco», ha criticado. En materia de infraestructuras también ha aludido a la polémica por el Guggenheim de Urdaibai, donde considera que los nacionalistas dudan por temor a EH Bildu. «Al final, en estas cosas vemos que quienes se llevan el gato al agua son los de Bildu y son quienes lideran muchas decisiones estratégicas para Euskadi porque al PNV les tiene un poquito de miedo de que les quiten un voto. Eso es lo que hace que el proyecto del PNV cada día se parezca más al proyecto de Bildu», ha dicho.
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