Urgente Mueren cuatro jóvenes al despeñarse su coche en el puerto cántabro de Lunada

'Si vis pacem, para bellum'. Si quieres paz, prepárate para la guerra. Siguiendo la máxima latina falsamente atribuida a Julio César, se está gestando ... el rearme europeo como más complace a Pedro Sánchez, por la vía de los hechos consumados.

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A estas alturas, ya nadie discute que Europa necesita desprenderse del tutelaje de Estados Unidos y organizar su propio ejército para exhibir músculo militar ante Putin. Lo que no impide que las diferencias afloren cuando se baja al detalle de lo que eso supone, tanto en términos de estrategia geopolítica como en gasto contable.

En España, los socios de gobierno de Sánchez y sus aliados de investidura se preguntan de dónde van a salir esos 800.000 millones de euros que la señora Von Der Leyen ha dicho que Europa tiene que invertir en su «seguridad» -que siempre suena menos agresivo que decir «en reforzar su arsenal de guerra»- y cuánto tendrá que poner para ello cada ciudadano europeo de su bolsillo, agitando el viejo axioma de que aumentar la inversión en defensa comprometería la financiación de servicios públicos esenciales. O tanques o mantequilla.

Dice Yolanda Díaz que «no se arregla nada por subir el presupuesto militar, si no tenemos claro qué política de defensa vamos a practicar en el siglo XXI». Y, por una vez, no le falta razón. Pues no es lo mismo comprar metralletas y submarinos, que fabricar nuestras propias ojivas nucleares o desarrollar armas de precisión tecnológica. Mientras la derecha se muestra también dividida en cuanto a la finalidad última de elevar el gasto militar que, para Vox, no debería ser la formación de un ejército europeo que nos proteja de Putin, sino dotar al ejército español de mayores y mejores recursos para «proteger» la soberanía de Ceuta y de Melilla de posibles agresiones de Marruecos.

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¿Y qué dice Podemos? Pues ha anunciado que presentará una proposición no de ley en el Congreso para pedir al Gobierno que someta a votación cualquier posible aumento del gasto en defensa y solicitar de paso la salida de España de la OTAN.

Lo que no se entiende es a qué espera el presidente para comparecer 'motu proprio' ante la Cámara a fin de dar las oportunas explicaciones sobre un tema tan relevante para la seguridad nacional. Mientras el resto de líderes comunitarios se esfuerzan en procurar el máximo consenso parlamentario antes de acometer una empresa de tanto calado y en concienciar a la población de que crear un sistema de defensa autónomo es una necesidad inobjetable y apremiante ante la amenaza de una guerra a gran escala con Rusia que no solo es real sino al parecer inminente, Sánchez vuelve a demostrar que está dispuesto a gobernarnos sin encomendarse más que a sí mismo, deslizando la advertencia de que su compromiso de elevar la inversión de España en defensa hasta un 2% adquirido en Bruselas se cumplirá «sí o sí», con lo que la ronda de reuniones que ayer inauguró con la líder de Sumar y que seguirá con el resto de las formaciones políticas, a excepción de la ultraderecha, será a título meramente informativo. Se agradece el detalle.

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