Urgente Dos heridos en un accidente en la A-8 a la altura de Retuerto, sentido Cantabria

Que Latinoamérica ya no es el 'backyard' de los Estados Unidos es algo que salta a la vista, por razones obvias. Y que el triste ... papel que hasta ahora asumían a regañadientes países como Cuba, Panamá, México o Haití, lo interpretan hoy el Reino Unido, Francia y, por supuesto, España, también. La sumisión militar como miembros de la OTAN y cultural, con la progresiva abdicación de la identidad europea para adoptar el 'American Way of Life', nos han ido convirtiendo en una especie de leales súbditos del imperio yanqui, que ni siquiera tienen conciencia de su propia servidumbre.

Publicidad

José María Aznar inauguró la tendencia retratándose con George W. Bush en su rancho de Texas y, en un ejercicio de sobreactuación memorable, hasta el acento se le pegó de tanto querer sentirse el Capitán América. No sé si Pedro Sánchez llegará a fumarse un puro con los pies en alto como él, en su visita de este viernes a la Casa Blanca, una invitación «trabajada» durante meses por Moncloa a mayor gloria de su «amado líder», deseoso de fotografiarse junto a Joe Biden en lugar de pegar carteles la noche del inicio de la campaña electoral y preparar así el terreno para cuando le toque asumir la presidencia rotatoria de la UE, el 1 de julio. Pero la precocina de tan lustroso encuentro deja titulares inquietantes que hablan de la disposición de España a acoger a un número aún sin definir de «espaldas mojadas» procedentes de países centroamericanos, como Nicaragua, Honduras, Guatemala o El Salvador, a los que USA se niega a dar asilo por razones que no se especifican; y del acuerdo firmado por la Ministra de Defensa, Margarita Robles, para el despliegue de nuevos buques de la Marina de los Estados Unidos en la Base Naval de Rota. Todo ello como gesto de «buena voluntad», y sin pedir permiso a la Cámara de Representantes, como si la Política Migratoria o de Defensa no fuesen lo bastante relevantes como para requerir de un consenso previo en el Congreso y el Senado, antes de asumir compromisos de semejante envergadura y alcance social y territorial.

No es la primera vez que Sánchez mercadea con la cuestión migratoria para obtener réditos personales y geopolíticos. Ahí está su traición al pueblo saharaui para complacer a Marruecos. Pero lo que ahora se propone al ayudar a Estados Unidos a reducir el flujo de ilegales hacia su frontera con México a partir del 11 de mayo, cuando se suspendan por ley las expulsiones en caliente, no solo es «hacer de España un país solidario que lidere una política común europea de asilo al refugiado» abriendo las puertas del viejo continente a una oleada de desdichados que huyen de países arruinados por gobiernos totalitarios de izquierdas, sino vestirse con esa «piel de cordero» para acabar siendo tan atlantistas como los más duros halcones del Pentágono y prestarse a propiciar la hegemonía militar estadounidense en la región, ignorando la ruina que conlleva seguir al dictado las agendas del Nuevo Orden Mundial para las propias economías de nuestros países. La de este viernes en Washington volverá a ser una foto que nos sale cara.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad