

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Aitor Esteban será proclamado nuevo presidente del EBB, máximo órgano de dirección del PNV, este domingo. Y no hay que ser adivino para presagiar que ... su arribo al puente de mando de ese trasatlántico centenario que se mantiene a flote, contra viento y tempestades internas y externas, gracias al viento de cola favorable que le ha proporcionado hasta ahora el papel institucional hegemónico que ha venido desempeñando en los últimos 40 años, será el inicio de una tormentosa travesía de destino incierto, si no logra vencer la desgana y desmovilización de sus bases, frente al meteórico ascenso de una EH Bildu decidida a disputarle el liderazgo.
A Esteban se le atribuyen cualidades de gran orador que ha validado en cada una de sus intervenciones en el Congreso de los Diputados, como portavoz parlamentario. La imagen que proyecta en Madrid es la de ese señor serio de Bilbao que dice «al pan, pan y al vino, vino» y apremia a sus señorías a estar «a Rolex o a setas», un político de fuste al que le comprarías un coche de segunda mano (y hasta un tractor) si te lo vendiera. Pero su estilo de gobernanza es aún una incógnita para los de casa, pues nunca se le ha visto en la tesitura de ser él quien fija las estrategias y el rumbo a seguir.
En los últimos doce años, lo ha hecho Andoni Ortuzar, a quien se le reconoce haber llevado al PNV «a las más altas cotas de poder institucional», con un talante campechano y cierta habilidad negociadora. Pero también se le critica que haya impuesto al partido una impronta socialdemócrata, pervirtiendo las esencias de una formación política que siempre ha rehuido definirse como de izquierdas o de derechas (Esteban suele decir que son «progresistas en lo social y muy serios con las cosas de comer»), cuyo ideario fundacional -nacionalista y humanista- emana más bien del socialcristianismo de corte liberal; y que haya metido a los jeltzales en el mismo saco de las formaciones que apoyan a Pedro Sánchez, en la creencia -está por ver si acertada o no- de que, gracias a su debilidad parlamentaria, en esta legislatura se conseguirá, no solo el cumplimiento íntegro del actual Estatuto, sino una puesta al día del mismo, que incluya el reconocimiento de Euskadi como nación.
Si Pedro Sánchez es hoy presidente es gracias a que el PNV decidió apoyar la moción de censura presentada por el PSOE en 2018 y el hecho de que siga siéndolo, podría estar también en sus manos. «Si se cumplen los compromisos, estaremos a las duras y a las maduras», prometió Ortuzar y así ha sido, pese a los escándalos de corrupción que salpican al entorno familiar del presidente y a su gobierno. Pero hay otras variables que podrían alterar esa relación, como que se produzca una redefinición de las alianzas estratégicas en Euskadi tras las elecciones municipales y forales de 2027.
La política no hace prisioneros (que se lo pregunten a M. Rajoy). Por ahora no hay indicios de ruptura. Pero nada está garantizado. Lo que vaya a hacer Aitor Esteban, una vez sea presidente del EBB, sigue siendo una incógnita, me atrevería a decir que incluso para él.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Horarios, consejos y precauciones necesarias para ver el eclipse del sábado
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.