Cayetana Álvarez de Toledo se despide de los periodistas tras su valoración después de conocerse su cese. / efe

Álvarez de Toledo decide conservar su escaño tras ser cesada como portavoz del PP

Nuria Vega

Madrid

Domingo, 30 de agosto 2020, 23:56

Trece días después de ser destituida como portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo hizo pública ayer su intención de conservar el acta de diputada y permanecer en el grupo parlamentario. No abandonará la Cámara baja ni se desligará del proyecto ... de Pablo Casado, pese a que ella misma reconoció la semana pasada «discrepancias políticas profundas» con el líder de los populares.

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En las filas del PP, donde apuntan al difícil encaje de Álvarez de Toledo tras haber asumido funciones de primer nivel, algunos cargos confiaban en que dejara el escaño. «Por el momento, me quedo -anunció, en cambio, en una entrevista en 'El Mundo'-. (...) Lo que ahora voy a averiguar es si un diputado de base puede representar a los ciudadanos con el grado de libertad que considero esencial en la política».

Fue, precisamente, eso lo que, según su versión de lo ocurrido, abrió una brecha con la cúpula del PP. El día de su destitución convocó a la Prensa y lamentó que el líder de los populares hubiese entendido sus intervenciones públicas como una afrenta. «El señor Casado -reprochó- considera que mi concepción de la libertad es incompatible con su autoridad». La semana pasada añadió que un líder que alienta la libre manifestación de sus subordinados «se sabe fuerte».

De sus declaraciones desde el cese, algunas fuentes de la formación conservadora deducen que las diferencias de criterio serán una constante y vaticinan que se convertirá en un «quebradero de cabeza» para Casado. «Si antes no se ajustaba a la estrategia del partido -señalan- tampoco lo hará ahora». Otras voces, en cambio, entienden que su presencia en el PP «atrae a algunos sectores del electorado» que reclaman «contundencia».

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Lo que consideran improbable los cargos consultados es que su continuidad derive en un grupo interno de presión a la dirección del PP. Ella misma aseguró ayer querer «demostrar» que «la libertad no es sinónimo de indisciplina». Y abogó más por fomentar el debate sobre los asuntos que se planteen que por romper las directrices de voto del grupo parlamentario.

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